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domingo, 15 de julio de 2007

¿ERES FELIZ?




¿Qué es lo que te hace feliz?
Para empezar, permíteme que te diga algo: ¿qué es lo que hace feliz a una vaca? Entiendo un poco de vacas y puedo asegurarte una cosa, una vaca es totalmente feliz cuando actúa como una vaca. ¿Cómo es feliz un caimán? Siendo un caimán. Podrías ponerle un collar de diamantes en el cuello, pintarle los labios, atarle a una silla muy cara y decirle: “¡Qué guapo estás!”; pero al caimán todo eso le daría igual. Lo único que él quiere es ser un caimán, hacer lo que hacen los caimanes, sea lo que sea. Lo que le hace feliz a un gato es ser un gato. Lo que hace feliz a un perro es ser un perro. Así pues, ¿qué es lo que hace feliz a un ser humano?
La pregunta es: “¿Qué es lo que te hace feliz a ti?” Antes de responder, ten una cosa presente, el caimán no depende de ninguna otra cosa para ser feliz, le basta con ser él mismo. Al gato le basta con ser un gato.
El día en que tu felicidad dependiera de alguien o de algo sería un día triste. Si eso ocurriera, te verías en un aprieto. Entonces tu vida estaría dedicada no a disfrutar de la felicidad, sino a procurar tener cerca a esa persona o a mantener esa situación que te hace feliz.
La gente se pregunta: “¿Qué hacemos en este mundo?”. Intentamos preservar lo que creemos que es bueno, lo que nos gusta. Todo el mundo está ocupado intentando hacer eso. Nadie disfruta de sí mismo porque disfrutar ya no es lo importante; lo que importa ahora es asegurarse de que las circunstancias y las personas que nos gustan permanezcan a nuestro lado.
¿Acaso la verdadera alegría puede depender de otra persona? ¿Se trata de una realidad dura o dulce? Para quienes la han sentido, la verdadera alegría es la más dulce de las realidades. Es una realidad que dice: “Existo. Estoy vivo. Se me está dando el regalo más bello, la riqueza más increíble que es este aliento, y yo soy consciente. Tengo conciencia. No solo tengo el anhelo de ser feliz, también tengo la fuente de la felicidad dentro de mí”. Ambas cosas. Tanto el anhelo de estar en paz como la fuente de paz que tienes dentro, ambas cosas son importantes. Muchas personas me hacen preguntas sobre la paz: “¿Dónde está? ¿Cómo podemos alcanzarla?”.
Yo les digo: “El problema no es la paz. La paz esta dentro de ti. Eso lo sé y, de hecho, tú también lo sabes. La paz no es el problema; el problema es el anhelo”. Si te encuentras en medio de una huerta rodeado de tomates, berenjenas, naranjas, y duraznos, el problema no es la comida, sino el hambre. La paz es innata. La cuestión es tu deseo de paz.
¿Cómo puedo depender de mí mismo si ni siquiera sé quién soy? ¿Quién soy? Un caimán sabe lo que significa ser un caimán. Un gato sabe lo que es ser gato. El perro sabe: “Soy un perro”. Pero el ser humano, que tiene el mayor cerebro en relación al cuerpo, que tiene el mando sobre la tierra y la superficie del océano, se pregunta: “¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es lo que hago aquí? ¿Quién soy?”.
Quizá sería más feliz si simplemente pudiera ser yo, si al menos supiera quién soy. Las cosas han cambiado y siguen cambiando en tu vida. Ha habido cosas no muy buenas, que pasaron; y ha habido cosas estupendas, que también pasaron. Unas y otras, indiscriminadamente, han ido quedándose atrás. Lo único que ha permanecido constante es el deseo de sentirte satisfecho.
Cuando me siento satisfecho, el deseo de sentirme satisfecho crece aún más. Es como con el amor: si no amas, no hay amor; cuando amas, vas amando cada vez más y más.
Mucha gente piensa que el objetivo de la vida es estar satisfecho para así dejar de tener el deseo de estarlo. Ése sería un día triste. Cuando te enamoras de alguien, no te enamoras para poder dejar de amar, ¿o sí? Te enamoras para poder amar aún más. Eso es lo que ha permanecido constante.
Puedes disfrutar de tu vida de verdad. Te ofrezco la posibilidad de conocerte para que puedas ser tú. Si no te conoces, no puedes ser tú, y si no puedes ser tú, no puedes ser feliz —como el gato, el cocodrilo y la vaca—. Es importante que te conozcas para ser todo lo feliz que puedes ser. Es así de simple.
Descubre quién eres para poder ser quien eres. Cuando sea, donde sea, incluso en los momentos difíciles, sé quien eres para poder ser feliz, para estar satisfecho, para encontrar la paz. Sí, tienes muchas cosas importantes que hacer, muchas. Pon ésta en primer lugar y todo lo demás encajará en su sitio.
Por Maharaji

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