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sábado, 5 de septiembre de 2009

Moralización de los seres en algunas de las religiones.

Todas las religiones tienen sus puntos luminosos, por estar inspiradas en fuentes de la espiritualidad de sus tiempos y comprensiones, y las hay inclinadas, por su génesis y teología, al dominio, al egoísmo, queriéndolo todo para sí y ocultando muchas veces la verdad, y con sus variantes convencionales lucrarse en lo posible.

En cada época ha sido conveniente refrenar, por medio del temor, los instintos humanos, por no estar preparadas las comprensiones de los seres, y ha sido necesario pasar por ellas formándoles en sus pensamientos un algo que les diera forma en su imaginación, pensamientos erróneos que al fin les den esperanza o temor en otra vida y, confiados en ella, les cuentan sus más íntimos secretos.

A cada tiempo, a cada humanidad hay que darle verdades más afinadas a la comprensión de su época. La de hoy, cuánto lucha por implantar verdades y no creen en ellas; todos no quieren soltar su presa, pera la verdad es una: la que ha de alumbrar a toda la Humanidad.

Cuántos seres dicen y hacen lo que no creen, ni creen lo que dicen. Pero sí que todos recomiendan la moral y el bien, y si alguno la aprovecha, Dios de las bondades y misericordias también les recibe.

Todas las religiones tienen sus enseñanzas morales que luego se convierten en oscuridad. ¿De qué les ha servido tanta ostentación? Cuántas veces, en sus soledades, meditan, comparan y dicen: ¡todo es una mentira! Y como resultado, el ateísmo, el materialismo, y para muchos la indiferencia, les inclina en la pendiente del vicio, sin poner reparo en el bien ni el mal, por creer que con la muerte ya termina todo. ¡Qué aberración! ¿Dónde está el estudio? ¿Dónde la comprensión? ¿No os dicta vuestra conciencia que hay un algo más?



¡Fuimos ayer, somos hoy y continuaremos siendo mañana!



Flor triste, flor oscurecida,

ella muy, bien me enseñó

lo que en blanco y negro había,

y mi alma entristeció.



Otra flor de más perfume, ya lo sé yo,

que muy bien me embalsamó:

el Gran Espiritismo Moderno,

el que a mi alma alumbró.



Y entre flores y espinas

pude muy bien comprender

que las enseñanzas divinas

dan la alegría al ser,

dale esperanzas y alegrías,

guiándote noche y día

para saber comprender

y esperar un nuevo día.





Espiritismo moderno y reformado.

Allan Kardec