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viernes, 23 de noviembre de 2007

Al nacer. Me encontré en las manos una copa,

Bebí y en el fondo encontré una perla, la juventud

La juventud me ofreció de su copa, la vacié,

Y en el fondo había una joya, el amor

El amor me dio otra copa, la vacié y en el fondo

Había un diamante, el dolor

También el dolor me ofreció de su copa, temblando bebí

Hasta la ultima gota.

¡Extasiante sorpresa!

Ahí estaba Dios

Poema Persa

lunes, 12 de noviembre de 2007

Historias del príncipe de las tinieblas


Sembrar la discordia

El demonio caminaba por un sendero que cruzaba dos campos muy grandes en donde había unos labradores en plena vendimia.

"Voy a sembrar un poco de aquello que gusta tanto a los seres humanos: tener siempre la razón" -pensó.

Se puso un sombrero cuya mitad derecha era verde y la izquierda amarilla.

-¡Seguidme si queréis encontrar un tesoro! -Gritó a los campesinos. Después, se escondió detrás de un árbol.

Los trabajadores corrieron hacia el sendero.

-Vamos a seguir al señor del sombrero verde -dijeron los hombres del campo de la derecha.

-¡Queréis engañarnos: debemos seguir a un tipo que lleva un sombrero amarillo! -gritaban los hombres del campo de la izquierda.

La disputa empeoró. Al cabo de media hora, los labradores habían olvidado el tesoro y se mataban a golpes de hoz para ver quién tenía la razón sobre el color del sombrero.

La búsqueda de la verdad

Mientras el demonio estaba hablando con sus amigos, se fijaron en un hombre que caminaba por la calle. Siguieron su recorrido con los ojos y vieron que se agachaba para coger algo del suelo.

-¿Qué ha encontrado? -Preguntó uno de sus amigos.

-Un pedazo de la Verdad -respondió el demonio.

Sus amigos se preocuparon muchísimo. Al fin y al cabo, un pedazo de la Verdad podía salvar el alma de aquel hombre y tendrían una menos en el Infierno. Pero el demonio, imperturbable, seguía contemplando el paisaje.

-¿No estás preocupado? -Le dijo uno de sus compañeros-. ¡Ha encontrado un pedazo de la Verdad!

-No me preocupa en absoluto -respondió el demonio.- ¿Sabes qué hará con este pedazo? Como siempre, creará una nueva religión. Y alejará muchas más personas de la Verdad total.

La tentación del justo

Un grupo de demonios intentaba entrar en el alma de un hombre santo que vivía cerca del Cairo. Ya le habían tentado con mujeres de Nubia, manjares de Egipto, tesoros de Libia, pero nada les había dado resultado.

Un día que Satanás pasaba por allí, se fijó en los esfuerzos de sus siervos.

-¡No entendéis nada! -Dijo Satanás- No habéis utilizado la única tentación a la que nadie se resiste. Os lo demostraré.

Se acercó al hombre santo y le susurró a los oídos:

-¿Te acuerdas de aquel sacerdote que estudió contigo? Le acaban de nombrar obispo de Alejandría.

De inmediato, el hombre santo tuvo un ataque de rabia y blasfemó contra la injusticia de Dios.

-La próxima vez debéis empezar con esta tentación -dijo Satanás a sus siervos-. Un hombre puede resistirlo casi todo, pero siempre siente envidia de la victoria de su hermano.

Mira hacia adelante Maytte

"Siempre habrá alguien que tenga algo más que tú, lo que tú deseas,

o que tenga alguna cualidad que no tienes. No por eso vas a sentirte frustrado,desanimado o rabioso contra esa persona o contra la vida"

'Dos amigos de infancia se volvieron a ver después de mucho tiempo. Uno estaba en la más grande pobreza, mientras que el otro disfrutaba de una enorme riqueza. '¿Qué hiciste para tener tantas cosas?', le preguntó el amigo pobre al rico. 'Es que

he descubierto que poseo un don extraordinario. Observa', le contestó este último, y al tocar con uno de sus dedos su ordinario reloj, éste se convirtió en oro macizo. 'Es tuyo. Considéralo un obsequio de mi parte'. 'Esto no me alcanza ni para solucionar la mitad de mis problemas', dijo el más pobre, en tono de queja. 'Ok', le replicó su amigo rico, y tocó una silla, también convirtiéndola en oro, y, sonriendo, se la ofreció a su amigo. 'Esto tampoco alcanza para mejorar mi vida'. 'Pero, si esto es una fortuna, ¿qué más quieres entonces?'. 'Lo que quiero en verdad -dijo el pobre, mirándolo a los ojos- es tu dedo'".

La envidia se activa cuando nos comparamos con los demás, cuando pensamos equivocadamente que es más importante tener que ser, cuando el éxito y la felicidad de los otros despiertan en nosotros sentimientos negativos, cuando pensamos que otras personas tienen más de lo que merecen y en verdad somos nosotros quienes deberíamos tenerlo o cuando nos sentimos inferiores a otras personas… en cualquiera de estos casos el veneno de la envidia crecerá adentro.

En lugar de querer más -al dejarte llevar por la ambición y la envidia por lo que poseen otros-, aprende a reconocer tu valor y el de todo lo que tienes, para que puedas disfrutarlo y sentirte satisfecho con tu vida. Si piensas que necesitas algo más para complementar tu bienestar, búscalo con trabajo y determinación. ¡No permitas que el deseo de conseguir más te sabotee la posibilidad de disfrutar lo que ya tienes!

Siempre habrá alguien que tenga algo más que tú, lo que tú deseas, o que tenga alguna cualidad que no tienes. No por eso vas a sentirte frustrado, desanimado o rabioso contra esa persona o contra la vida.

Querer vivir en un nivel más alto del que te corresponde puede hacerte sentir irritable, insatisfecho y frustrado. Ajusta tu estilo de vida y comienza a disfrutar de las grandes riquezas que ella te ofrece como son tu familia, tus amigos y tu pareja…

Si todavía tus hijos son pequeños, deberías enseñarles a reconocer y a resaltar todo lo bueno que hay en ellos y en los demás como personas, para que nunca se sientan inferiores al resto y para que puedan disfrutar de todo lo que tengan sin inquietarse por lo que tienen otros. La autovaloración es la verdadera base de la satisfacción.

Para alejar la envidia

Nunca mires a los lados. Compararnos con personas que nos parece que tienen más bienes materiales, más éxito, gozan de un don especial o resultan más atractivos que nosotros, puede ser muy negativo porque hace que nos sintamos inferiores al creer que nunca tendremos aquello que admiramos en ellas.

No te dejes llevar por las apariencias. Muchas veces deseas algo que tienen otras personas que te parece que tienen más que tú, pero tú no sabes en realidad cuál ha sido su costo para conseguirlo, tal vez sacrificaron su familia, su tiempo libre, su bienestar. Concentra tu atención en reconocer todos tus tesoros esenciales y en darte la oportunidad de disfrutar de cada uno de ellos.

Alégrate por los éxitos de los demás. Cuando somos capaces de alegrarnos y celebrar los éxitos y la felicidad de otras personas, en especial de nuestros seres más queridos, a través de la generosidad del corazón, nos contagiamos de esos sentimientos, y la prosperidad, la abundancia y la sabiduría se hacen presentes en nuestra vida. Además, si estamos suficientemente abiertos, podemos aprender cuáles fueron las claves y las herramientas que usaron para conseguirlos.

Cambia tus ideas. Recuerda que no eres ni más ni menos que los demás, y que poseer cosas materiales no garantiza que seamos felices. Aprende a valorarte, y conviértete en tu propia fuente de motivación. Observar a una persona que admiramos por sus habilidades sociales o capacidades profesionales, para aprender a de ella, sin obsesionarnos o desear ser como ella, puede ser positivo. Recuerda que eres especial y único en el mundo, cultiva tu individualidad.

¿CÓMO HACEMOS SENTIR A LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN?


El 14 de Octubre de 1998, en un vuelo trasatlántico de la línea aérea British Airways tuvo lugar el siguiente suceso: a una dama la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio, porque no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable. La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a revisar a primera clase a ver por si acaso podría encontrar algún lugar libre. Todos los demás pasajeros observaron la escena con disgusto, no sólo por el hecho en sí, sino por la posibilidad de que hubiera un sitio para la mujer en primera clase. La señora se sentía feliz y hasta triunfadora porque la iban a quitar de ese sitio y ya no estaría cerca de aquella persona. Minutos más tarde regresó la azafata y le informó a la señora :

- Discúlpeme señora, pero, efectivamente, todo el vuelo está lleno... pero, afortunadamente, encontré un lugar vacío en primera clase. Sin embargo, para poder hacer este tipo de cambios le tuve que pedir autorización al capitán. Él me indicó que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable.

La señora, con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se voltea y le dice al hombre de raza negra: - ¿Señor, sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?

Todos los pasajeros del avión se pararon y ovacionaron la acción de la azafata. Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados y gracias a esa actitud, la empresa British Airways se dio cuenta de que no le había dado demasiada importancia a la capacitación de su personal en el área de atención al cliente; la empresa hizo cambios de inmediato y desde ese momento, en todas las oficinas de British Airways, se lee el siguiente mensaje:

Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán como los hiciste sentir.

NO DEJEMOS QUE NADIE NOS ROBE NUESTROS SUEÑOS


Ante un grupo de niños un hombre narró la siguiente historia:

Había una vez un muchacho quien era hijo de un entrenador de caballos.

El padre del muchacho era pobre y contaba con apenas unos pocos recursos para mantener a su familia y mandar al muchacho a la escuela. Una mañana en la escuela, estando el muchacho en la clase, el profesor le pidió a los alumnos que escribieran la meta que quisieran alcanzar para cuando fueran adultos.

El joven escribió una composición de siete páginas esa noche en la que describía su meta.

Escribió su sueño con mucho detalle y hasta dibujó un plano de todo el proyecto: el rancho, las pesebreras, la ganadería, el terreno y la casa en la que quería vivir; en fin, puso todo su corazón en el proyecto y al día siguiente lo entregó al profesor.

Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado, y con una nota que decía: "venga a verme después de clases". El chico del sueño fue a ver a su profesor y le preguntó ¿por qué me reprobó?

El profesor le dijo: "es un sueño poco realista para un chico como tú. No tienes recursos; vienes de una familia pobre.

Para tener lo que quieres hacen falta muchas cosas y además mucho dinero.

Tienes que comprar el terreno, pagar por la cría original y después tendrás muchos gastos de mantenimiento.

No podrías hacerlo de ninguna manera. A continuación el profesor agregó:

si vuelves a hacer el trabajo con objetivos más realistas, reconsideraré tu nota".

El chico volvió a su casa y pensó mucho. También le preguntó a su padre qué debía hacer.

Éste le respondió: "mira hijo, tienes que decidir por ti mismo; de todos modos,

creo que es una decisión importante para ti, ¿cierto?"

Finalmente después de reflexionar durante una semana,

el chico entregó el mismo trabajo, sin hacer cambio alguno.

Le dijo al profesor: "usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño".

Al concluir el hombre miró a los niños y les dijo: "les cuento esta historia porque es mi historia.

Aquí estamos en medio de la casa de mis sueños, dentro del rancho que me propuse conseguir por que esa era la meta de mi vida. Aún conservo aquella tarea del colegio enmarcada sobre la chimenea".

Luego agregó: "lo mejor de la historia es que hace dos años, ese mismo profesor

trajo a treinta chicos a visitar mi rancho.

Y al irse el profesor me dijo: 'mira, ahora puedo decírtelo.

Cuando era tu profesor, era una especie de ladrón de sueños.

Durante esos años, le robé un montón de sueños a los niños.

Por suerte tuviste la suficiente fortaleza para no abandonar el tuyo'."

"Usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño"

No dejemos que nadie nos robe nuestros sueños.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

AGRADECIENDO POR LAS ESPINAS


Sandra se sentía muy decaída cuando entró en la florería. Su vida había sido tan dulce y entonces, en el cuarto mes de su segundo embarazo, un accidente de automóvil robó su alegría.

Ahora era la semana de acción de gracias y la época en que su hijo estaría por nacer. Lamentaba su pérdida.

Los problemas se habían multiplicado. La empresa donde su marido trabajaba "amenazaba" transferir el trabajo para una nueva localidad. Su hermana había llamado para decirle que no podría venir para su esperada visita en las vacaciones.

-Ella no tiene idea de lo que yo siento. Pensó Sandra con un temblor. ¿Acción de gracias? ¿Agradecer qué? Se preguntó.

-Por un conductor negligente cuyo camión apenas quedó arañado mientras él mataba? ¿Por una bolsa de aire que salvó mi vida, pero se llevó a mi niño?

-Buenas tardes, ¿Puedo ayudarla? Sandra se asustó con la aproximación de la empleada de la tienda.

-Yo... necesito de un arreglo, tartamudeó Sandra.

-¿Para el día de acción de gracias? ¿Quiere el lindo arreglo acostumbrado o le gustaría desafiar el día con lo que yo llamo el "Especial"? Estoy convencida de que las flores cuentan historias; ¿Usted estará buscando algo que realmente demuestre gratitud en esta acción de gracias?

-¡No exactamente ! Exclamó Sandra.

-En los últimos meses, todo lo que puede salir mal salió mal.

Sandra se lamentó y se sorprendió cuando la empleada le dijo,

-Tengo el arreglo perfecto para usted.

Entonces, otra cliente entró y la empleada la saludó,

-Hola, Bárbara ... Déjeme tomar su pedido.

Se disculpó y entró en un pequeño cuarto, después reapareció rápidamente, cargando un arreglo de follaje y lo que parecían ser grandes y espinosos tallos de rosas. Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.

-¿Quiere que lo ponga en una caja? Preguntó la empleada. Sandra esperó la respuesta de la cliente. ¿Aquello era una broma?

¡Acaso ella iba a querer tallos de rosa sin ninguna flor! Esperó por la carcajada, pero la mujer no se rió.

-Sí, por favor, respondió Bárbara con una sonrisa.

Sandra tartamudeó.-Esa señora salió apenas con, bueno...

¡Ella salió sin flores!

-Así es, dijo la empleada. Un arreglo sin las flores... Ese es el "Especial". Lo llamo arreglo de Espinas de acción de gracias.

-¡Pero cómo es posible! ¡No va usted a decirme que alguien está dispuesto a pagar por eso! Exclamó Sandra.

-Bárbara lleva ese especial desde hace tres años, y se siente siempre muy bien, como hoy, explicó la empleada.

-Creo que ella tiene muy poco para agradecer. Acaba de perder a su padre por cáncer; el negocio familiar fracasó; su hijo está metido con drogas; y va a enfrentar una operación.

Y la empleada continuó.

-Éste mismo año yo perdí a mi marido. Por primera vez en mi vida pasaré las vacaciones sola. No tengo niños, ni marido, ni familia cerca y demasiadas deudas para permitirme cualquier viaje.

-¿Y qué hará? Preguntó Sandra.

-Aprendí a ser agradecida por las espinas, respondió la empleada con calma.

-Yo siempre agradecí a Dios por las cosas buenas en mi vida y NUNCA le pregunté por qué esas cosas BUENAS sucedían para mi, pero cuando sucedieron cosas malas, lloré y grité...

"¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ A MI?".

¡Me llevó tiempo aprender que los tiempos obscuros son importantes para nuestra fe!

-Creo que realmente yo no quiero consuelo.

Perdí a mi bebé y estoy molesta con Dios.

Entonces otra persona entró en la tienda.

-¡Hola, Phil ! Saludó la empleada.

-Mi esposa me mandó por nuestro arreglo de acción de gracias... ¡Doce tallos espinosos! Dijo Phil, sonriendo.

-¿Eso es para su esposa? Preguntó Sandra, incrédula. ¿Le importaría decirme por qué ella quiere un arreglo como ese?

-No...

Estoy contento con su pregunta, respondió Phil. -Hace cuatro años, mi esposa y yo casi nos divorciamos.

Después de cuarenta años, estábamos en un desorden real, pero con la gracia de Dios, enfrentamos con mucha dificultad problema tras problema y salvamos nuestro matrimonio. Jenny, aquí (la empleada) me contó que ella mantenía un vaso de tallos de rosa para recordarle lo que había aprendido de los tiempos "espinosos". Eso fué muy bueno para mi.

Llevé a casa algunos de esos tallos. Mi esposa y yo decidimos etiquetar uno para cada "problema" específico y dar gracias por lo que aquél problema nos enseñó.

Y mientras Phil pagaba a la empleada, le dijo a Sandra,

-¡Yo le recomiendo mucho el "Especial"!

-No sé si puedo estar agradecida por las espinas en mi vida. Es todo tan... reciente.

-Bien, respondió la empleada cautelosamente,

-Mi experiencia me ha mostrado que las espinas vuelven a las rosas más hermosas.

Las lágrimas rodaron por la cara de Sandra.

-Llevaré una docena de éstos tallos largos y llenos de espinas, por favor, consiguió decir Sandra.

-Los tendré listos en un minuto.

-Gracias. ¿Cuánto le debo? Preguntó Sandra al recibir su arreglo.

-Nada. El primer arreglo es siempre por cuenta mía.

La empleada sonrió y le mostró una tarjeta a Sandra.

-colocaré ésta tarjeta en su arreglo, pero tal vez quiera leerla primero.

Y Sandra leyó:

"Dios mío, nunca te agradecí por mis espinas.

Te agradecí mil veces por mis rosas, pero nunca por mis espinas. Enséñame la gloria de la Cruz que yo soporto; enséñame el valor de mis espinas.

Muéstrame que llego más cerca de Ti a través del camino del dolor.

Muéstrame que, a través de mis lágrimas. los colores de Tu arcoiris son mucho más brillantes."

lunes, 5 de noviembre de 2007

Perdoname Dios cuando me quejo...


Hoy, viajando en un autobus vi una hermosa muchacha con cabello de oro, y expresión de alegrí­a; envidié su hermosura.

Al bajarse, la vi cojear. Tení­a solo una pierna, y

apoyada en su muleta, sonreía.

PERDONAME SEÑOR, CUANDO ME QUEJO.

TENGO DOS PIERNAS, Y EL MUNDO ES MIO!

Fui después a comprar unos dulces

Me atendió un muchacho encantador.

Hablé con él; parecía tan contento que aunque se me hubiera hecho tarde no me hubiera importado, ya que al salir, oí que decía:

Gracias por charlar conmigo.... es Usted tan amable, es un placer hablar con gente como usted.........ya vé, soy ciego...

PERDONAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.

Y PUEDO VER, Y, EL MUNDO ES MIO !

Más tarde, caminando por la calle vi a un pequeño de ojos azules, que miraba jugar a otros niños, sin saber qué hacer.

Me acerqué y le pregunté: ¿ Porqué no juegas con ellos ? Siguia mirando hacia delante sin decir una palabra: entonces comprendí que no escuchaba.

PERDóNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.

YO PUEDO ESCUCHAR, Y, EL MUNDO ES MíO !

Tengo piernas para ir a donde quiero...

Ojos, para ver los colores del atardecer...

Oí­dos para escuchar las cosas que me dicen.

PERDONAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.

LO TENGO TODO, Y, EL MUNDO ES MIO!

NO LE DIGAS A DIOS CUAN GRANDE

ES TU PROBLEMA......

DILE A TU PROBLEMA

CUAN GRANDE ES TU DIOS!!!!!!!