Mientras tú creías que yo no estaba mirando, yo vi que: Pegaste con un imán mi dibujo al refrigerador, por eso de inmediato quise hacer otro.
Le diste de comer a un gatito sin hogar, entonces entendí
que a los animales hay que tratarlos con amor y respeto.
Preparaste mi pastel favorito especialmente para mi, así me
di cuenta que los pequeños detalles ocultan mucho sentido.
Fuiste a visitar a tu amigo enfermo, y entonces entendí que
las personas deben cuidarse mutuamente.
No niegas la ayuda a los necesitados, y comprendí que si
tienes tiempo y dinero, hay que ayudar a aquellos que no lo tienen.
Tratas con mucho cuidado nuestra casa y a todos los que
vivimos aquí, y entendí que cada persona debe cuidar lo que tiene y lo que
quiere.
Incluso cuando te sientes mal, continúas cumpliendo con tus
obligaciones, y me di cuenta de lo que significa la responsabilidad.
A veces no pudiste contener las lágrimas, y entendí que en
la vida hay tristeza y dolor, y llorar es normal.
Nunca dejas de cuidar de mí, y yo quise cumplir todas tus
expectativas y hacer todo lo posible para que te sientas orgulloso de mí.
Mientras tú creías que yo no estaba mirando, aprendía de ti
la vida. Tomé tu ejemplo y traté de ser como tú.
En lo más profundo de mi alma estaba un pequeño adulto que
se decía a sí mismo:
(Queridos padres, gracias por todo lo que he visto mientras
creían que yo no estaba mirando.)
Desconozco el autor