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viernes, 26 de octubre de 2007

Mañana puede ser muy tarde

¿Ayer?... ¡Eso hace tiempo!...

¿Mañana?...No nos es permitido saber...

Mañana puede ser muy tarde...

Para decir que amas, para decir que perdonas,

para decir que disculpas,

para decir que quieres intentar nuevamente...

Mañana puede ser muy tarde...

Para pedir perdón, para decir:

¡Discúlpame, el error fue mío...!

Tu amor, mañana, puede ser inútil;

Tu perdón, mañana, puede no ser preciso;

Tu regreso, mañana, puede que no sea esperado;

Tu carta, mañana, puede no ser leída;

Tu cariño, mañana, puede no ser más necesario;

Tu abrazo, mañana, puede no encontrar otros brazos...

Porque mañana puede ser muy, muy tarde!

No dejes para mañana para decir: ¡Te amo!

¡Te extraño!, ¡Perdó! name!, ¡Discúlpame!

¡Esta flor es para ti!, ¡Te encuentras muy bien!

No dejes para mañana

Tu sonrisa, Tu abrazo, Tu cariño, Tu trabajo,

Tu sueño, Tu ayuda...

No dejes para mañana para preguntar:

¿Puedo ayudarte?

¿Por qué estás triste?

¿Qué te pasa?

¡Oye!...ven aquí, vamos conversar.

¿Dónde está tu sonrisa?

¿Aún me das la oportunidad?

¿Percibiste que existo?

¿Por qué no empezamos nuevamente?

Estoy contigo. ¿Sabes que puedes contar conmigo?

¿Dónde están tus sueños?

Recuerda: ¡Mañana puede ser tarde...muy tarde!

¡Busca!, ¡Pide!, ¡Insiste!, ¡Intenta una vez más!

¡Solamente el "hoy" es definitivo!

¡Mañana puede ser tarde...muy tarde!

"NO GASTES EL TIEMPO PUES DE ESA MATERIA ESTA HECHA LA VIDA" "SI TUS OCUPACIONES TE IMPIDEN ORAR, ESTAS MAS OCUPADO DE LO QUE TE CONVIENE"...

Autor Desconocido

EL LIBRO DEL HOMBRE -OSHO


¿Por que no te reconoces a ti mismo?.

Debería ser la cosa más sencilla del mundo y se ha vuelto difícil,

lo más difícil.

Conocerse se ha vuelto casi imposible.

¿Donde está el error?.

Tienes la capacidad de conocerte.

Tu estás ahí, la capacidad de conocerte también está ahí.

Entonces ¿que ha sucedido?

¿Por que la capacidad de conocer no puede volverse hacia sí misma?.

Solo hay un error, y a menos que lo arregles, seguirás sin saber quién eres.

Y el error es que se ha creado dentro de ti mismo una división.

Has perdido tu integridad.

La sociedad te ha convertido en una casa dividida,

dividida en contra de ti mismo.

La estrategia es sencilla;

una vez que la hayas entendido, puedes eliminarla.

La estrategia consiste en que la sociedad te ha dado unos ideales de cómo deberías ser.

Y te los ha inculcado tanto, que siempre estás interesado en el ideal "como debería ser",

olvidándote de quien eres.

Estás obsesionado con el ideal del futuro y te has olvidado de la realidad presente.

Tus ojos están mirando al futuro lejano.

En consecuencia, no pueden mirar hacia adentro.

Continuamente estás pensando qué hacer,

cómo hacerlo,

cómo llegar a ser esto.

Tu lenguaje se ha convertido en un idioma de deber y convenir,

mientras la realidad sólo consiste en ser.

La realidad no conoce deberes o conveniencias.

Una rosa es una rosa, no se plantea la cuestión de ser cualquier otra cosa.

Y la flor de loto es la flor de loto.

La rosa no intenta convertirse en flor de loto, y la flor de loto nunca intenta convertirse en una rosa. Por tanto, no están neuróticas.

No necesitan psiquiatras ni psicoanálisis.

La rosa está sana porque simplemente vive su realidad.

Y esto sucede al resto de la existencia

excepto al hombre.

Sólo el hombre tiene ideales y deberes.

"Debería ser esto y lo otro";

entonces te divides contra tu propio ser.

Deber y ser son enemigos.

Y no puedes ser algo diferente de lo que eres.

Deja que esto cale profundamente en tu corazón:

solo puedes ser lo que eres,

nada más.

Entonces tus ojos están aquí y ahora,

estás presente en lo que eres.

Desaparece la división,

la separación.

Eres uno.

Osho - El Libro del hombre

CAMBIAR PARA CAMBIAR


El sufí Bayacid dice acerca de sí mismo:

De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios:

"Señor, dame fuerzas para cambiar al mundo"

A medida que me fui haciendo adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir:

"Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo, aunque sólo sea mi familia y mis amigos, con eso me doy por satisfecho"

Ahora que soy viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente:

"Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo"

Si yo hubiera orado de este modo desde el principio no habría malgastado mi vida.

TODO EL MUNDO PIENSA EN CAMBIAR A LA HUMANIDAD. CASI NADIE PIENSA EN CAMBIARSE A SÍ MISMO

"El canto del pájaro"

Anthony de Mello

miércoles, 24 de octubre de 2007

Alumbra...

Hace cientos de años, había un hombre en una ciudad de Oriente. Un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. EI amigo lo mira y de pronto lo reconoce Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo entonces, le dice: ¿Que haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves?

Entonces, el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí? No sólo es importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?-

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento?¡Que hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no!. Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

viernes, 19 de octubre de 2007

Casualidad?


Hace muchos años, Sir Isaac Newton hizo un modelo de trabajo de nuestro sistema solar.

En el centro había una bola dorada grande que representaba el sol, y girando alrededor de ella estaban los planetas, pequeñas esferas adheridas a las puntas de varas de diferentes longitudes.

Un amigo suyo, que no creía en el relato bíblico de la creación, pasó por su casa para hacer una visita.

Al contemplar cómo Newton hacía mover a los pequeñitos planetas en sus órbitas, el hombre exclamó:

¡Vaya, vaya! ¡Qué cosa tan exquisita! ¿Quién lo hizo? Sin levantar la vista, Newton contestó: Nadie.

¿Nadie? --preguntó el amigo.

Así es. Estas bolas, dientes, correas y engranajes se juntaron coincidencialmente.

Y también fue una cuestión de suerte que comenzasen a girar en sus respectivas órbitas en un tiempo perfecto. El incrédulo entendió el mensaje.

Era una necedad suponer que el modelo se había hecho solo.

Pero tenía mucho menos sentido aceptar la teoría de que la Tierra y el vasto universo existiesen por casualidad.

¡Cuánto más lógico es creer en Dios!

jueves, 18 de octubre de 2007

Confianza

Un grupo de turistas en una región montañosa de Escocia quería apoderarse de algunos huevos que estaban en un nido situado en un lugar inaccesible frente a un precipicio.

Trataron de convencer a un niño que vivía por allí cerca de que podía bajar hasta donde estaba el nido si le ataban a una soga, que sería sostenida por ellos desde arriba.

Le ofrecieron una gruesa suma de dinero, pero como no era gente conocida, el muchacho se negó a bajar. Le dijeron que no le pasaría nada, pues ellos sostendrían firmemente la soga.

Por fin el muchacho dijo: --La única condición que pongo para bajar, es que sea mi papá el que sostenga la soga.

Los hombres no confían en los extraños. Yo necesito conocer a una persona antes de depositar en ella mi confianza. Pero hace cuarenta años que conozco a Dios, y cada día tengo más confianza en él. Moody

Conoces lo suficientemente a Dios como para depositar TODA tu confianza en Él?

miércoles, 17 de octubre de 2007

LOS PEQUEÑOS DETALLES

Un niño pequeño queria conocer a DIOS, sabia que tendria

que hacer un largo viaje para llegar hasta donde DIOS,que

empaco en un maletín pastelitos de chocolate y refrescos

de fruta y empezo su jornada.

Cuando habia caminado mas o menos una s tres cuadras se

encontro con una mujer anciana.Ella estaba sentada en una silla

del parque, sola contemplaba en silencio alguna palomas

que picoteaban unas migajas de pan que habian en el suelo.

El niño se sento junto a ella y abrio su maletín.

Estaba a punto de beber uno de sus refrescos, cuando notó

que la anciana parecia algo hambrienta, asi que le ofrecio uno

de sus pasteles, ella agradecida acepto el pastel y le sonrrió al

niño.Su sonrrisa era tan bella tanto que el niño,queria verla de

nuevo asi que le ofrecio uno de sus refrescos,de nuevo ella le

sonrio.El niño estaba tan encantado que se quedo toda la tarde

junto a ella comiendo y sonrriendo pero ninguno de los dos se dijo

nunca ni una sola palabra mientras oscurecia,el niño se percató

de lo cansado que estaba se levantó para irse dió algunos pasos

pero se detuvo y antes de seguir se dió vuelta atras, corrió hacia la

anciana le dió un abrazo y ella le dió la mas de las grandes sonrrizas

de su vida.

Cuando el niño llegó a su casa abrió la puerta..... su madre quedó

sorprendida por la cara de felicidad que traia el niño y le preguntó:

hijo ¿ que hiciste hoy, que te hace tan feliz ?. El niño le contestó; hoy

almorce con DIOS y antes de que su madre contestara algo el añadio

y sabes que tiene la sonrisa mas hermoza que he visto.

Mientras tanto la anciana radiante de felicidad regresó a su casa y su

su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz que traía en

su cara.

Mamá ¿que hiciste hoy que te haz puesto tan feliz? y ella contestó

comí pastelitos de chocolate con dios en el parque y antes de que

su hijo respondiera añadio y sabes es mas joven de lo que pensaba.

RAICES PROFUNDAS


Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.
Lo que más llamaba miatención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no crecieran, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría.
Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar hacia lo más profundo, en busca del agua y de los variados nutrientes encontrados en las capas más inferiores del suelo.
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un periódico doblado, y que hacía eso para que se mantuvieran siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.
Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡ Mi antiguo vecino, había realizado su sueño !!.
Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento. Qué efecto curioso, pensé...
Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos.
Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.
Frecuentemente rezo por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo...
He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos.
Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a rezar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.
Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y barridos.
La naturaleza nos enseña muchas cosas si las sabemos ver...
Desconozco el autor

PROVERBIO CHINO

El que no sabe y no sabe que no sabe, es un tonto:

evítalo.-

El que no sabe y sabe que no sabe, es un simple:

enséñale.-

El que sabe y no sabe que sabe, está dormido:

despiértalo.-

El que sabe y sabe que sabe, es un sabio:

síguelo.-


sábado, 13 de octubre de 2007

El Marinero

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida.

Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York.

Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a él de verdad le importaba, no importaría cómo ella luciera. Cuando por fin llegó el día en que él regresaría de Europa, ellos arreglaron su primer encuentro: A las 7:00 de la tarde, en la Gran Estación Central de Nueva York: "Tú me reconocerás" ella dijo, "por la rosa roja que llevaré en la solapa". Así que a las 7 John estaba en la estación buscándola.

Dejaré que el señor X les diga lo que sucedió: "Una joven mujer vino hacia mí, su figura era alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y en su traje verde pálido era como la primavera en vida.

Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa. Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios: "¿Vas por mi vía, marinero?" Murmuró ella. Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces, vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer de más de 50 años, con cabello grisáceo y bajo un sombrero gastado. Era más que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja. La chica en el traje verde se iba rápidamente.

Sentí como si me partiera en dos: Mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado. Y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable... No vacilé: Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella. Esto no sería amor, pero sería algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido.

Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción. Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento que me pudiera conocer. ¿La puedo llevar a cenar? La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante.

"No sé de qué se trata esto hijo" ella respondió, "pero la señorita en el traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le diría que lo está esperando en el restaurante del frente. Ella dijo que era una clase de prueba!"

No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell. La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no atractivo. "Dime a quien amas" escribió Houssaye, "Y te diré quién eres".