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lunes, 7 de mayo de 2007

EL RECOLECTOR DE ESTRELLAS...


Cierto día, caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez.




Tan pronto como me aproximé me di cuenta de que lo que el hombre levantaba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.



Intrigado, lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo que me respondió:
Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla si no las arrojo al mar morirán aquí por falta de oxígeno.


Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa, No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas.........

..........Y quizás no te des cuenta de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa...............



¿no estás haciendo algo que no tiene sentido?

El hombre sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió :

¡ para ésta si lo tuvo !


Reflexión: Nada puedo hacer para solucionar las penas del mundo pero mucho puedes hacer para ayudar.....
.......en el pedacito de mundo que te toca. ¡Tú eres una de esas estrellas que ha vuelto al mar a contarle a las otras que que en las pruebas mas dificiles aún existen seres que creen en los demás...y te tenderan las manos........ en el nombre de nuestro Señor.

El anillo....

Una vez un muchacho que estaba muy deprimido fue donde un hombre que tenía fama de sabio. Cuando llegó a la casa del hombre le dijo: - Señor, vengo a que me ayude. Me siento muy mal. Soy un fracasado. Nadie me tiene en cuenta, todo el mundo me rechaza, mis hermanos me dicen que yo no sirvo para nada, que soy un idiota. En el colegio, mis compañeros me desprecian, nadie me tiene en cuenta. En verdad que soy un fiasco. El maestro, mirando de soslayo al chico le dice:-Mira, muchacho, yo, igual que tú, también tengo problemas, así que no puedo ayudarte.De nuevo el joven sintió que una vez más era rechazado, pero cuando ya se iba a ir del lugar el maestro lo llamó y le dijo: -Ya que estás aquí hazme un favor. Toma este anillo -dijo el sabio quitándose el anillo de uno de sus dedos- ve al pueblo en el caballo que tengo allí amarrado y trata de vender la joya. Necesito urgentemente ese dinero. Pero escucha bien esto. ¡No vayas a dar ese anillo por menos de una moneda de oro está claro! El muchacho se puso feliz de ver que podía ser útil. Rápido se montó en el caballo y se fue al mercado del pueblo que estaba atiborrado de comerciantes. Estuvo todo el día ofreciendo el anillo, pero cuando mencionaba el precio, la gente se reía. "Se nota que no tienes idea de lo que vale una moneda de oro si pretendes cambiar esa joya", decían unos. Otros, tan pronto mencionaba el valor del anillo, se mofaban o miraban para otro lado. Cansado de tanto desprecio, resolvió volver donde su maestro. Una vez frente a él le contó, con la cabeza agachada, de su fracasado intento de vender la joya. El sabio le dijo de nuevo: -Mira, hagamos lo correcto. Lleva este anillo donde el joyero del pueblo, él si sabe de su verdadero valor. Dile que lo avalué, pero escucha bien, no lo vendas. No importa cuánto dinero te ofrezca.El chico, feliz, fue al pueblo y se presentó ante el joyero. Éste tomó el anillo en sus manos y cuidadosamente lo examinó con una lupa, luego le hizo una prueba con unos ácidos y finalmente exclamó: "¡Esto si que es una verdadera obra de arte¡". Se quitó los lentes y mirando al muchacho le dijo en tono muy emocionado. - Mira, muchacho. Dile al dueño de esta joya que le doy ya mismo ¡cincuenta y ocho monedas de oro por ella! Pero que si se espera unos ocho días más, le puedo subir el precio hasta ¡Setenta monedas de oro!El chico casi se desploma cuando escuchó la oferta del joyero. Montó el caballo y corrió a galope hasta donde el maestro. Cuando le relató el suceso al hombre, el anciano sabio le dijo: -Debes tener mucho cuidado con la opinión de los demás. No todos tienen la capacidad de valorarnos en lo que verdaderamente somos.
Así que no creas todo lo que te han dicho de ti.

" Yo quisiera "




Yo quisiera que encontraras en mis ojos
todas las respuestas que no se decir.
Yo quisiera no precisar de palabras
para que comprendieras todos mis pensamientos.

Yo quisiera que tengas la total seguridad
que siempre y como sea, a tu lado estaré.
Yo quisiera que buscaras dentro mío
todo lo que todavía no he podido encontrar

Yo quisiera que todo mi ser
no tuviera un solo secreto para ti.
Yo quisiera muchas cosas, pero resumiendo,
yo solo quiero...
Que tú me quieras.




Yyad Ben Ahmed

EL LAPIZ...



El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
– ¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
– Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
– ¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo:
Primera cualidad : puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos.
A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda : de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas.
Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera : el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.
Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta : lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro.
Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca.
De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.

Amor sin ataduras...


Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu…
Nos amamos… empezó el joven
Y nos vamos a casar… dijo ella.
Y nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
Por favor, repitieron, hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes esperando su palabra…
Hay algo,-dijo el viejo- pero no sé… es una tarea muy difícil y sacrificada.
Nube Azul…-dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?
Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul. ¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas.
Eran verdaderamente hermosos ejemplares.
Y ahora ¿qué haremos?, -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
No, dijo el viejo.
¿Los cocinaremos y comeremos su carne?, propuso la joven.
No, repitió el viejo. Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres…
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón. Si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.
Si quieren que el amor perdure… "vuelen juntos, pero jamás atados".

Desconozco el autor

jueves, 12 de abril de 2007

EL LADRILLAZO....



Un joven y exitoso empresario paseaba a toda velocidad en su auto ultimo modelo sin ningún tipo de precaución.

De repente sintió un estruendoso ruido en la puerta y se detuvo. Al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura y carrocería de la puerta de su lujoso auto.

Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un giro de 180° y regresó a toda velocidad al lugar donde vió salir el ladrillo que le arruinó el auto.

Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo y empujándolo hasta el auto estacionado, le gritó a toda voz:

- ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú y qué crees que haces con mi auto?

Y enfurecido continuó gritándole: ¡Es un auto nuevo y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro! ¿Por qué hiciste eso?

¡Por favor señor, por favor! Lo siento mucho….No sé que hacer, suplicó el chiquillo…Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía…

Las lágrimas rodaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia el otro lado del auto estacionado.

¡Es mi hermano!, le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo…y no puedo levantarlo. Sollozando, miró al ejecutivo y le dijo: ¿Puede usted, por favor, ayudarme a levantarlo? Está golpeado y pesa mucho para mi solito….

Impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó saliva y un nudo se formó en su garganta. Profundamente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo, lo sentó en la silla y sacó un pañuelo para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de las heridas del hermano de aquel chiquito tan especial.

Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo y éste le dio las gracias con una sonrisa difícil de describir…”Dios lo bendiga señor, y muchas gracias”

El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando la pesada silla de ruedas hasta llegar a una humilde casa.

Cuentan que el ejecutivo aun no ha reparado el auto manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo, para recordarle el no ir por la vida tan distraído y tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que le preste atención.

Dios normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención. Uno escoje: escuchar el susurro o sentir el ladrillazo….

lunes, 2 de abril de 2007

Dios es como el azúcar...

Cierto día, la profesora, queriendo saber si todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños quién sabría explicar quién es Dios. Uno de los niños levantó el brazo y dijo: - Dios es nuestro padre. El hizo la tierra, el mar y todo que está en ella; nos hizo como hijos de Él.La profesora, queriendo buscar más respuestas fue más lejos: ¿Como saben que Dios existe, si nunca Lo han visto? La sala quedó toda en silencio...Pedro, un niño muy tímido, levantó la mano y dijo: - DIOS ES COMO EL AZÚCAR en mi leche. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza en medio de la leche, pero si la saco, queda sin sabor. Dios existe y está siempre en el medio de nosotros, solo que no lo vemos. Pero si Él no está, nuestra vida queda sin sabor.La profesora sonrió y dijo: - Muy bien, Pedro, yo les enseñé muchas cosas, pero tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo ya sabía. Yo ahora sé que Dios es nuestro azúcar y que ESTÁ TODOS LOS DÍAS ENDULZANDO NUESTRA VIDA.Le dió un beso y salió sorprendida con la respuesta de aquel niño.La sabiduría no está en el conocimiento, pero sí en la vivencia de DIOS en nuestras vidas, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de DIOS no existe todavía, ni en los mejores azúcares...No te olvides de colocar "AZÚCAR" en tu vida.

La llave de la felicidad...





Cuenta la leyenda que antes de que la humanidad existiera,se reunieron varios duendes para hacer una travesura.

Uno de ellos dijo:
_Pronto serán creados los humanos. No es justo que tengan tantas virtudes y tantas posibilidades. Deberíamos hacer algo para que les sea más difícil seguir adelante. Llenémoslos de vicios y de defectos;eso los destruirá.
El más anciano de los duendes dijo:
_Está previsto que tengan defectos y dobleces, pero eso sólo servirá para hacerlos más completos. Creo que debemos privarlos de algo que, aunque sea, les haga vivir cada día un desafío.
_¡¡¡Qué divertido!!! _ dijeron todos.
Pero un joven y astuto duende, desde un rincón, comentó:
_Deberíamos quitarles algo que sea importante.. ¿pero qué?
Después de mucho pensar, el viejo duende exclamó:
_¡Ya sé! Vamos a quitarles la llave de la felicidad.
_¡Maravilloso. .. fantástico... excelente idea! _ gritaron los duendes mientras bailaban alrededor de un caldero.
El viejo duende siguió:
_El problema va a ser donde esconderla para que no puedan encontrarla.
El primero de ellos volvió a tomar la palabra:
_Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
A lo que otro miembro repuso:
_No ,recuerda que tienen fuerza y son tenaces, escalarían el monte y el desafío terminará.
El tercer duende dijo:
_Escondámosla en el fondo del mar, no dijo otro, recuerda que tienen curiosidad, alquien inventará una máquina para bajar y la encontraría.
El tercero dijo:
_ Elijamos algún planeta. A lo cual los otros dijeron: no, recuerda su inteligencia, algún día inventarán una nave que pueda viajar a otros planetas y la descubrirán.
Un duende viejo, que había estado escuchando en silencio se puso de pie y dijo:
_Creo saber dónde ponerla, debemos esconderla donde nunca la buscarían
Todos voltearon asombrados y preguntaron.
_¿Dónde?
_El duende respondió:
_La esconderemos DENTRO DE ELLOS MISMOS... muy cerca de su corazón.
La risa y los aplausos se multiplicaron. Todos los duendes reían:
_¡ Ja...Ja... Ja...! Estarán tan ocupados buscándola fuera, desesperados, sin saber que la traen consigo todo el tiempo.
El joven escéptico acotó:
_Los hombres tienen el deseo de ser felices, tarde o temprano alguien será suficientemente sabio para descubrirla y se lo dirá a todos.
_Quizás suceda así _ dijo el más anciano de los duendes_, pero los hombres también poseen una innata desconfianza de las cosas simples. Si ese hombre llegara a existir y revelara que el secreto está escondido en el interior de cada uno .... nadie le creerá.


Encontrar el sentido de tu vida es descubrir la llave de la felicidad.


Autor: Jorge Bucay.

martes, 27 de marzo de 2007

Cuando me amé de verdad....


Cuando me amé de verdad…, comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto, en la hora exacta, en el momento exacto. Entonces, me relajé... Hoy sé que eso tiene nombre: autoestima. Cuando me amé de verdad…, me di cuenta de que mi angustia y sufrimientos emocionales no pasan de ser una señal de que voy en contra de mis verdades... Hoy sé que eso es… autenticidad. Cuando me amé de verdad…, dejé de desear que mi vida fuese distinta y comencé a ver que todo lo que sucede contribuye a mi crecimiento… Hoy a eso le llamo… madurez . Cuando me amé de verdad…, comencé a entender cómo es ofensivo forzar alguna situación o a alguien sólo para realizar mis deseos… Hoy sé que el nombre a esto es… respeto. Cuando me amé de verdad…, comencé a despojarme de todo lo que no fuera saludable: personas, tareas y cualquier cosa que me desanimara. En principio, mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud de egoísmo… Hoy sé que se llama… amor propio Cuando me amé de verdad…, dejé de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes planes. Abandoné proyectar a muy largo plazo. Hoy hago lo que considero correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo… Hoy sé que eso es… simplicidad. Cuando me amé de verdad…, desistí de querer tener siempre la razón y con eso cometí menos errores… Hoy descubrí la… humildad. Cuando me amé de verdad…, dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida realmente ocurre… Hoy vivo un día a la vez… Eso es… plenitud. Cuando me amé de verdad… entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio del corazón, se torna una enorme y valiosa aliada… Todo eso es… saber vivir

SENTENCIA DE DIVORCIO.....






Se presentan ante el juez una pareja con sus respectivos abogados, ya que están en trámites de divorcio. El abogado de la mujer reclama para la mujer el 50% de la venta de la casa, propiedad de los dos cónyuges, así como una pensión de por vida por la cantidad de $500.00 que según enumera, será para cubrir los gastos de electricidad, teléfono, y una pequeña lista de gastos mensuales.

El abogado del hombre protesta, alegando que el hombre no tiene ninguna obligación hacia su mujer toda vez que ya los hijos son mayores de edad, y están casados y que ella bien puede ir a trabajar y mantenerse por si misma y que ella nunca contribuyó a la manutención de la casa, ni aportó ningún dinero para la compra de la misma.

El juez escucha ambas partes y se queda indeciso por un momento leyendo los documentos. De pronto, se escucha a la mujer llorando y el juez le dice:

- ¿Qué le pasa señora?

- Señor Juez, yo creo que es cierto. Así que voy a aceptar la sentencia de divorcio sin ninguna obligación de parte de mi marido hacia mi persona. Después de todo, yo bien pudiera ser una mujer profesional e independiente.

El juez le pregunta:

- ¿Y por qué usted no se convirtió en una mujer profesional e independiente? ¿Hay alguna razón que se lo mpidiera?

- Realmente, Señor Juez, no había ninguna, fueron decisiones tomadas por mí voluntariamente.

- ¿Me pudiera ser mas explicita y enumerarme las razones esas que alega?

- Bueno, cuando me casé, yo acababa de graduarme de la secundaria. Mi intención había sido estudiar Enfermería, pero no había dinero para pagar los gastos de dos personas estudiando, así que yo le dije a mi esposo que estudiara él y luego lucharía yo...

- Bien, ¿y qué pasó que cuando él se graduó de ingeniero, por qué ud. no estudió?

- Pues, verá, él me pidió que tuviéramos nuestro primer hijo, ya que llevábamos cinco años casados y aún no lo habíamos tenido.

- ¿Y qué pasó después?

- Nada, el niño nació, él no quería que el niño fuera a ser cuidado por personas extrañas, y yo entendí que él tenia razón, que con lo que él ganaba nos podíamos remediar ya que él ganaba muy buen sueldo. Así que decidí quedarme en la casa con nuestro hijo.

- ¿Y qué sucedió luego, cuando el niño creció, por qué no fue a estudiar?

- Nada, que ya para entonces tenia dos hijos más .

- ¿Dos más?

- Sí, es que Ud. verá. Cuando tuvimos el primer hijo, mi esposo me dijo que debíamos tener un segundo para que el niño no se quedara sin hermanos, así que tuvimos el segundo tres años después, pero era otro varón...

- ¿Y..., qué tenía..., eso que ver...?
- No, no había ningún problema, estábamos muy felices, pero mi esposo me dijo que para que la felicidad fuera completa, debíamos tratar de tener una niña...
- ¿Y...?

- Pues cuando el segundo hijo tenia ya 4 años, quedé embarazada y tuve a la niña...

- ¿Y entonces por qué no estudió cuando ella creció?

- Porque no había quién llevara al mayor a las prácticas de pelota..., ni los llevara a la escuela, pues el autobús los dejaba muy lejos de la casa. Temiendo por su seguridad, mi esposo y yo decidimos que yo les llevaría a la escuela y les recogería... Así las cosas, dejaba al mayor en su colegio seguía con el segundo para la escuela básica y regresaba a la casa con la niña a preparar todo para la tarde. cuando les recogía, dejaba al mayor en las prácticas de football salía con la niña para las de ballet.

- Entonces, siguió Ud. posponiendo su educación ...

- Sí, Señor Juez, lo hice de propia voluntad.

- ¿Y cuando sus tres hijos se fueron independizando, por qué no regresó a la Universidad?

- Para entonces la madre de mi esposo había enviudado, se enfermó y necesitaba de alguien que la cuidara, así que, hablamos del asunto y llegamos a la conclusión que no la íbamos a poner en un hogar de cuidado, si no, que la traeríamos a vivir con nosotros, ya que los hijos estaban fuera.

- ¿Y cuánto duró esta etapa...?

- Bueno, unos seis años.. Ella tenía Alzheimer y como la cuidábamos tan bien pues su decadencia no fue rápida, se tomó bastante. De hecho, murió de un ataque al corazón, después que llegamos de paseo que todas las mañanas dábamos por el barrio. Ud. sabe, a ella le encantaba darle de comer a las palomas en el parque.

- ¿Y mientras tanto, quiero decir, durante todos esos años, había alguien que le ayudara...?

- ¿Ayudarme. ..? ¿A qué. ..?

- Pues a limpiar la casa, cocinar, quiero decir, las labores normales de un hogar...

- No, realmente, mi esposo ganaba muy buen sueldo, pero figúrese, eran tres hijos que criar, educar, el costo de la vida cada vez subía más, yo trataba de ahorrar, pero .

- ¿Y cómo Ud. ahorraba ...?

- Pues, en lugar de llevar la ropa a la lavandería, yo lavaba en casa, planchaba la ropa de mi esposo y los muchachos, arreglaba el jardín..., esto era lo que me costaba más esfuerzo, pues yo tengo problemas de columna..., pero siempre una hace su esfuercito y le aseguro que nuestro jardín no tenía nada que envidiarle al de nadie en nuestra calle.

- ¿Y quién cocinaba, Ud. también ?

- Por supuesto, mi esposo odiaba la comida de los restaurantes, como él tenía que almorzar fuera con sus clientes tantas veces, pues decía que nada como la comida que yo le preparaba...

- Y por supuesto, Ud. no iba a esas comidas.

- ¿A qué comidas...?

- A las de su esposo con sus clientes .

- No, no tenía tiempo ... Precisamente, fue en una de esas Comidas que conoció a Sofía ...

- ¿Sofía? ¿Quién es Sofía?

- Su novia, la joven con quien se va a casar cuando terminemos el divorcio.

- ¿Y cómo como Ud. sabe que se va a casar con ella?

- Porque me encontré con ellos en casa de unos amigos comunes el día que estaban dando la noticia de su compromiso.

El juez se quedó mirando a la mujer y al ex esposo. Se levantó, cogió las carpetas con todos los papeles y se retiró. Todos se quedaron mirándose unos a otros, alguno encogió los hombros y se sentaron a esperar que regresara. Al poco rato el juez regresó. Se sentó y se ajustó las gafas. Entonces, cerró las carpetas, los puso a un lado y dijo:

- Señora, yo he revisado cuidadosamente estas demandas. Y he llegado a las siguientes conclusiones:

1ero: El divorcio se le adjudica con fecha efectiva a partir de hoy.
2do: Su esposo "no" tiene que pasarle una pensión.
Al oír estas dos decisiones, el abogado y el marido se miraron con inteligente regocijo. Pero el juez prosiguió...
3ero: Ud. se queda de dueña absoluta de su casa, el Mercedes Benz propiedad de su ex-esposo, la cuentade ahorros, la de cheques, las cuales pondrá a su nombre inmediatamente y de las cuales él no puede tocar un centavo o lo tendrá que devolver, así como la declaro beneficiaria absoluta de sus seguros de vida, de sus planes de retiro, así como es obligación de su esposo seguir pagando por su seguro médico hasta que Ud. Muera.
- Mi decisión se basa en que sumando los sueldos que como manejadora,cocinera , chofer, servicios de lavandería y de jardinería, enfermera, etc. usted prestó a su esposo, incluyendo hijos y suegra ... Esta decisión será apenas una retribución parcial de salarios retenidos por los veintiséis años de servicios ininterrumpidos que Ud. ha prestado. Como hay que ser objetivos, sabemos que su esposo no podría cumplir con esta deuda, de ahí que pague lo que, si bien no es suficiente, será relativamente justo. En adición, él pagará por sus gastos de educación, transportació n y libros si Ud. decide regresar a la universidad a estudiar la carrera que Ud. Escoja!
(Caso de la vida real. Enero /2003) Corte de la familia Sidney, Australia.


" La Paciencia es un arbol
de raiz amarga, pero de
frutos muy dulces"