Visita también nuestro nuevo Blog:

jueves, 9 de agosto de 2007

Discipulos....

Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad -dijo un maestro-.
Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él. Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo,
tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad.Cuando la gente busca un maestro, debería estar buscando experiencias que puedan ayudarle a evitar ciertos obstáculos.
Desgraciadamente, la realidad es otra: recurren a la ley del mínimo esfuerzo,
intentando encontrar respuestas para todo.
El que desea aprovecharse del esfuerzo del maestro para así no gastar sus energías nunca llegará a ninguna parte, y acabará por sentirse decepcionado. Quien estudie un poco la historia de Buda, se dará cuenta de que, después de alcanzar la iluminación, se dedicó a hacer que sus discípulos desarrollasen las cualidades necesarias para llegar a la tan anhelada paz de espíritu. Quien lea los evangelios, reparará en que casi todas las enseñanzas de Jesús tienen lugar en dos circunstancias: bien cuando viajaba, bien alrededor de una mesa.
Nada de templos. Nada de lugares escogidos. Nada de prácticas sofisticadas y difíciles:
los apóstoles prestaban atención a lo que decía cuando andaba y cuando comía,
cosas que hacemos todos los días de nuestras vidas.
Precisamente porque las hacemos todos los días, no damos ningún valor a las enseñanzas que están escondidas en nuestros quehaceres diarios.
Pensamos que las cosas sagradas son accesibles sólo para los gigantes de la fe y la voluntad,
y pensamos que aquello que hacen las personas es demasiado pobre para ser aceptado con alegría por Dios.En busca de nuestros sueños e ideales, muchas veces colocamos en lugares inaccesibles todo lo que está al alcance de la mano.
Cuando descubrimos el error, en lugar de alegrarnos por haber comprendido nuestros fallos, nos dejamos llevar por la culpa de haber dado pasos errados, de haber malgastado nuestras fuerzas en una búsqueda inútil, de haber disgustado a quien deseaba nuestra felicidad.
Y es entonces cuando corremos el peligro de acercarnos a los 'maestros' o 'gurús' que nos ayudarán a recuperar el tiempo perdido.
Pero no es así: aunque el tesoro esté enterrado en tu casa, sólo lo descubrirás cuando te hayas alejado. Si Pedro no hubiese experimentado el dolor de la negación, no hubiera sido escogido jefe de la Iglesia. Si el hijo pródigo no hubiese abandonado todo, jamás habría sido recibido con júbilo por su padre. Si Buda no hubiese decidido vivir una vida de sacrificio durante muchos años, jamás hubiera entendido el placer de la alegría.Algunas cosas en nuestras vidas tienen un sello que dice:
«Sólo comprenderás mi valor cuando me pierdas y me recuperes».
De nada sirve querer acortar este camino. Existe un viejo dictado mágico que dice: cuando el discípulo está listo, aparece el maestro.
Pensando en esto, muchas personas se pasan la vida entera preparándose para este encuentro.
Cuando se cruzan con el maestro, se entregan por completo, días, meses o años.
Pero terminan descubriendo que el maestro no es el ser perfecto que habían imaginado, sino una persona igual a las demás, cuya única función es compartir aquello que ha aprendido.
Al verse frente a una persona normal, el discípulo se siente herido.
Siente desesperación y el deseo de abandonar la búsqueda, cuando, en realidad, es así como debe ser, es esto lo que nos hace libres para labrarnos nuestro propio camino....Paulo Coelho

LA VIDA ME HA ENSEÑADO



La vida me ha enseñado,que por más correr no se llega antes a lo sitios.
Que es más importante y valioso tener una mano amiga a la que poder sujetar la nuestra y no hacer el camino en soledad.
Que los entimientos entregados más nobles y sinceros son los que debemos valorar.
Que una sonrisa hace muchas dificultades más llevaderas.
Que el egoísmo y el abandono tan solo conducen a consecuencias negativas.
Que los pequeños y satisfactorios momentos son los que ciertamente colman nuestro bienestar.
Que la amistad no se compra con dinero,es un sentimiento grandioso que no tiene precio.
Que es necesario que nuestros ojos derramen lágrimas en algunos momentos,para poder ver la luz y la claridad con nitidez.
Que "amar" no es el símil de "querer".Amar para querer,querer para obtener,es la semejanza en muchas personas.
Que entrega a los demás no significa la obligación de tener que recibir forzosamente.
Que una mirada y un silencio sinceros compartidos, dicen más que una palabra dicha con hipocresía y hablando desde la mentira.
Que las miradas hablan por sí solas.Que la palabra "amigo" tiene para muchas personas el significado de "conocido".
Que en la amistad la distancia no tiene porqué ser sinonimo de olvido. Desconozco el Autor...

Pequeños detalles....

Después del 11 de septiembre, una compañía invitó a los miembros que quedaban de otras compañías que habían sido afectadas por el ataque de las Torres Gemelas, para compartir su espacio disponible de oficina. En una reunión de la mañana, el jefe de seguridad contó historias de por qué esta gente estaba viva ... y todas tenían que ver con pequeños detalles, como habrán oído: *Al director de la compañía se le hizo tarde porque era el primer día del kinder de su hijo. *Otro compañero estaba vivo porque le tocaba llevar los donuts. *Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo. *A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente. *A otro se le fue el autobús. *Alguien le tiró comida encima y tuvo que tomarse el tiempo para cambiarse . *Uno tuvo un carro que no arrancó. *Una se regresó a contestar el teléfono. *¡Otra tuvo un bebé!. *Otro no consiguió un taxi. *El que más me impresionó fue un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, pero antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por un curita. Por eso está vivo hoy. Ahora, cuando me quedo atorada en el tráfico... pierdo un elevador... me regreso a contestar un teléfono .. todas esas cosas que me desesperan, pienso: Este es el lugar exacto en el que Dios quiere que esté en este preciso momento. La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora ... los niños se tarden en vestirse ... no logras encontrar las llaves del coche... te topas con todos los semáforos en rojo... no te enojes ni te frustres; Recuerda que Dios está trabajando cuidándote.... Desconozco el autor...

Pagando 3 veces por lo mismo...


Cuenta una leyenda de la región del Punjab que un ladrón entró en una hacienda y robó doscientas cebollas. Antes de que pudiera huir, el dueño del lugar lo capturó y lo llevó ante el juez. El magistrado pronunció la sentencia: pagar diez monedas de oro. Pero el hombre alegó que era una multa demasiado alta y el juez, entonces, resolvió ofrecerle otras dos alternativas: recibir veinte latigazos o comerse las doscientas cebollas. El ladrón eligió comerse las doscientas cebollas. Pero cuando llegó a la vigésimo quinta, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y el estómago le quemaba como el fuego del infierno. Como aún le faltaban 175 y se dio cuenta de que no aguantaría el castigo, pidió para recibir los veinte latigazos. El juez aceptó. Cuando el látigo golpeó su espalda por décima vez, él imploró que parasen de castigarlo, porque no soportaba el dolor. El pedido fue obedecido, pero el ladrón tuvo que pagar las diez monedas de oro. - Si hubieras aceptado la multa, te habrías evitado comer las cebollas y no habrías sufrido con el látigo - le dijo el juez. - Pero preferiste el camino más difícil sin entender que, cuando se hace algo mal, es mejor pagar enseguida y olvidar el asunto.... Paulo Cohelo

Si no tuvieras miedo, ¿qué harías hoy?


Le despidieron. La verdad es que había cometido un error, siendo demasiado imprudente con un cliente. El cliente no volvió, y puso una fuerte reclamación ala empresa. Ahora, Juan se encontraba en la calle, casado y con un niño recién nacido. ¿Qué haría? ¿Dónde iría? ¿En qué trabajaría? No se lo había esperado. Es la historia de un amigo. Pero es la historia de otras muchas personas que, por azar, por buscarlo o por golpe del destino, cambian de tercio en la vida. La reflexión que hizo Juan fue sencilla y, a la vez, profunda. Nunca le había gustado su trabajo. Era muy costoso para él tener que dirigirse diariamente a su oficina. Muchas veces soñaba en cambiar de profesión. Pero el miedo le paralizó siempre. ¿Qué pasaría con la hipoteca? ¿Cómo se ganaría la vida? ¿Ahora, qué le dejaría a su hijo? Sin embargo, siempre había pensado en cambiar. Se planteó realmente ¿qué hubiera hecho de su vida de no haber tenido miedo?. Ahora, después de perderlo todo, buscarse la vida se imponía forzosamente. Así que consideró el cambio, no como la posibilidad de perder algo valioso anteriormente, sino como la oportunidad de ganar mucho más. De manera que invirtió sus ahorros en el negocio de sus sueños. Y, como resultado, recuperó su dinero, su vigor y su vida. No hay que esperar a que los cambios se nos impongan inexorablemente. Hay que adelantarse. La pregunta fundamental que Juan se hizo es: ¿Qué haría si no tuviera miedo?. Empezamos a cambiar cuando somos capaces de reírnos de nosotros mismos, de lo que hacemos mal y de nuestra situación pasada o actual, de nuestros miedos. El reírse de uno mismo es una de las terapias más recomendadas en nuestros días, incluso tiene efectos terapéuticos y psicológicos positivos de mejora probados sobre ciertas obsesiones y miedos (Viktor E. Frankl, con su paradoja intencional, los describe magníficamente). Nos aferramos a nuestros hábitos porque funcionan más o menos. Si embargo, las viejas convicciones no nos conducen a una situación mejor. Hay que atreverse a cambiar, incluso en los momentos de éxito y clímax profesional. Y precisamente es en esos instantes cuando más se gana con el cambio. Si el repetir el mismo comportamiento lleva a los mismo resultados, , y éstos no nos satisfacen, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo una y otra vez?. La vida es muy simple. En cuanto cambia la situación, cambian las oportunidades y, con ellas, cambia la persona. Es bueno imaginarse en una situación mejor, pues siempre cabe una situación mejor. Ayuda a que provoquemos los cambios que necesitamos y hace que el cambio tenga más posibilidades de éxito. Es la profecía que se autocumple. El miedo genera aquello que se teme. Cuanto más se tema el fracaso, más cerca nos encontramos de él. El mayor inhibidor del cambio se localiza en unos mismo. No significa que pensar en el éxito haga que lo obtengamos. Pero nos sitúa en una actitud ventajosa. Hemos recorrido mitad del camino, ahora queda hacerlo posible. Las cosas no necesitan ser complicadas. Detectar los pequeños cambios nos preparan para el gran cambio. Juan tenía que haber detectado que no le gustaba el trabajo, que no disfrutaba, lo cual es peor aún, que eso repercutía en su rendimiento, en sus resultados profesionales, en su trato personal con los clientes, jefes, compañeros, etc. La vida es riesgo, se hace necesario disfrutar de la aventura. Ahora bien, no todos los temores son malos, pues nos preservan de los peligros verdaderos. Gustar de la aventura no significa estrellarse. Simplemente el cambio ocurre. En nuestras vidas, en nuestro trabajo, en las organizaciones, en las relaciones personales, en la política, en la economía, en la sociedad. Sólo hay que estar preparado. Para preverlo conviene estar atento continuamente a los signos externos. Cuanto antes nos olvidemos de las situaciones pasadas, antes nos acoplaremos a las nuevas. La norma primera es : ¡Cambia, muévete!! Sin importar lo que digan. Como le dice Don Quijote a Sancho: “¿Ladran, Sancho? Luego cabalgamos” ¡Disfruta del cambio!. Sólo existen tres posibilidades: cambiar con el cambio, adaptarse una vez que haya ocurrido o quedarse inmóvil y hundirse como el Titanic (saludando orgullosos, pero al final nos quedamos fríos e inmóviles en el fondo del océano). Hay personas que se creen con derechos en esta vida y cuando se los quitan, piensan que son víctimas del destino o de la mala fe de los otros o de una conspiración o de lo que fuera, y les echan las culpas a los demás, a la situación o circunstancias. El problema, piensan, se encuentra fuera de ellos, cuando precisamente son ellos el problema. Pensar que tú eres el problema es el primer paso para darte una oportunidad y encontrar una solución, quizá única, de desarrollo. ¿De qué comportamientos, actitudes o cosas, las que fueren, necesitamos desprendernos y hacia dónde tenemos que seguir avanzando?. Cambiar puede significar sencillamente tener otra relación en la misma situación o con la misma persona. Siempre tenemos la libertad última de elegir nuestra actitud ante los acontecimientos de la vida.................Desconozco el autor...

NO DEJES IR LA VIDA



Reserva tiempo para REIR, es la musica del alma.
Reserva tiempo para LEER, es la base de la sabiduria.
Reserva tiempo para PENSAR, es la fuente del poder.
Reserva tiempo para TRABAJAR, es el precio del exito.

Reserva tiempo para DIVERTIRTE, es el secreto de la juventud eterna.
Reserva tiempo para SER AMIGO, es el camino de la felicidad.

Reserva tiempo para SOÑAR, es el medio de encontrar tus objetivos.
Reserva tiempo para AMAR Y SER AMADO, es el privilegio de los hijos de Dios.

Reserva tiempo para SER UTIL A LOS OTROS, esta vida es demasiado corta para que seamos egoistas.
Nosotros no perdemos tiempo en la vida; lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo.

domingo, 5 de agosto de 2007

Temía....

Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.

Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.

Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.

Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.

Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.

Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.

Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.

Temía al cambio, hasta que vi que aún, la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

sábado, 28 de julio de 2007

LO QUE HARÉ ¡HOY!


Hoy eliminaré de mi agenda dos días: ayer y mañana. Ayer fue para aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy pueda realizar.
Hoy me enfrentaré a la vida con la convicción de que este día jamás volverá.
Hoy es la última oportunidad que tengo de vivir intensamente pues nadie me asegura que mañana volveré a amanecer.
Hoy tendré la audacia de no dejar pasar ninguna oportunidad mi única alternativa es la de triunfar.
Hoy invertiré mi recurso más importante: mi tiempo en la obra más trascendental: mi vida cada minuto lo realizaré apasionadamente para hacer de hoy un día diferente y único en mi vida.
Hoy desafiaré cada obstáculo que se me presente con la fe de que venceré.
Hoy seré la resistencia al pesimismo y conquistaré al mundo con una sonrisa con la actitud positiva de esperar siempre lo mejor.
Hoy haré de cada tarea ordinaria una expresión sublime.
Hoy tendré los pies en la tierra comprendiendo la realidad y tendré la mirada en las estrellas para inventar mi porvenir.
Hoy tendré tiempo de ser feliz y dejaré mi huella y mi presencia en el corazón de los demás.

NO SE EQUIVOCA...

No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en una charca. No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que por no morir bajo la tierra renuncia a la vida. No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo, se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad del nido. No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas, se equivoca aquel que por temor a equivocarse nunca acciona. Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan, que ser hombre es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente. Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres,sino por aquello que hayas buscado honestamente. El error más grande lo cometes cuando, por temor equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar, en el viaje hacia tus objetivos.
Desconozco el autor

¿Quienes son mis verdaderos amigos?

Será que siempre buscamos lo que nunca hemos tenido?

Alguna vez mi padre me dijo: "los amigos se cuentan con los dedos de las manos y muchas veces hasta sobran".

De ahí que me pregunto siempre "¿Quienes son mis verdaderos amigos?"

Acaso he de desconfiar de todo al que he conocido? No sé, ¿Cómo saber quienes son mis amigos?
¿Serán acaso aquellos que me llaman para salir conmigo, o aquellos que me despiertan cuando estoy dormido?

¿Los que me apoyan cuando estoy afligido, o los que me hacen ver mis errores, aunque no sea lo que yo he querido?

¿Los que me felicitan en mi cumpleaños y celebran conmigo toda la noche, o los que con una simple llamada me hacen sentir vivo?

¿Los que están incondicionalmente ahí cuando los necesito, o los que a pesar de su ausencia son los que más me han querido?

¿Serán aquéllos a los que les cuento mis amores en secreto, o con los que alardeo de conquistas sin fundamentos?

¿Los que me dicen que todo está bien, o los que me dan la contra y lo malo me hacen ver?

¿Los que me prestan dinero cuando lo necesito, o los que me lo niegan porque saben su destino?

¿Los que al verme me saludan con un gran abrazo, o los que me reciben con una sonrisa y un sincero apretón de manos?

¿Los que me cuentan sobre todo lo que les pregunto, o los que sin pedirlo lloran conmigo por lo que les ha sucedido?

¿Los que me dicen que me quieren, o los que con una sonrisa transmiten más de lo que pueden?

¿Con los que nunca peleo, o con los que a veces riño?






Desconozco su autor