sábado, 5 de septiembre de 2009
Pablo Neruda
porque fundamentalmente tu has hecho
lo que querías en tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti
mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte,
enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de tus actos
y prueba que tu siempre has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso
ni se lo cargues a otro,
acéptate ahora o seguirás justificándote
como un niño.
Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno
es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente
es tu pasado así como la causa de tu
futuro será tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones,
de quien vivirá a pesar de todo,
piensa menos en tus problemas
y más en tu trabajo y tus problemas
sin eliminarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor
y a ser más grande que el más grande
de los obstáculos,
mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias porque tu
mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas
y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida,
ahora despiértate, lucha, camina, decídete
y triunfarás en la vida;
nunca pienses en la suerte
porque la suerte es: el pretexto de los fracasados.
~ Pablo Neruda ~
Independencia emocional
La cita es del actual Dalai Lama. Es verdaderamente curioso observar cómo nos enorgullecemos de nuestra independencia emocional. Aunque, claro está, tal cosa sea muy cuestionable: seguimos necesitando a los demás durante toda nuestra existencia, sólo que resulta “vergonzoso” demostrarlo, y entonces preferimos llorar ocultamente. Y si alguien nos pide ayuda, es que se trata de un sujeto débil, de alguien incapaz de controlar sus sentimientos.
Hay una ley no escrita que dice que “el mundo es de los fuertes”, y que “sobrevive apenas el más apto”. Si esto fuese cierto, la especie humana no habría podido subsistir, pues sus individuos necesitan protección durante un largo periodo de tiempo (los especialistas dicen que apenas podemos valernos por nosotros mismos después de los nueve años de edad, mientras que una jirafa lo consigue en ocho meses como máximo, y una abeja alcanza su independencia en menos de cinco minutos).
Estamos en este mundo. Por lo que a mí respecta, yo sigo – y seguiré siempre – dependiendo de los demás. Dependo de mi mujer, de mis amigos, de mis editores. Dependo incluso de mis enemigos, que me ayudan a permanecer siempre adiestrado en el uso de la espada.
Desde luego, hay momentos en los que este fuego avanza en otra dirección, pero yo nunca dejo de preguntarme: ¿Dónde están los otros? ¿Acaso me aislé demasiado? Como a cualquier persona sana, también me hace falta la soledad, el tiempo de la reflexión.
Pero esto no debe convertirse en un vicio.
La independencia emocional no conduce absolutamente a ninguna parte – a no ser a una pretendida fortaleza, cuyo único e inútil objetivo es impresionar a los demás.
La dependencia emocional, por su parte, es como una hoguera que encendiéramos.
Al principio, las relaciones son difíciles. De la misma manera, con el fuego hay que conformarse primero con el desagradable humo, que dificulta la respiración y arranca las lágrimas. Sin embargo, una vez encendido el fuego, el humo desaparece, y las llamas lo iluminan todo, transmitiendo calor, calma, y, de cuando en cuando, haciendo saltar alguna brasa que nos quema, pero que también anima nuestra relación. ¿No están de acuerdo?
Esta columna empezaba con una cita de un premio Nobel de la Paz defendiendo la importancia de las relaciones humanas. Concluyo ahora con unas palabras del profesor Albert Schweitzer, médico e misionero, que recibió el mismo premio Nobel en 1952:
«Todos hemos oído hablar de una dolencia de África Central conocida como enfermedad del sueño. Lo que tenemos que saber es que existe una enfermedad muy similar que ataca al alma, y que es muy peligrosa, porque se desarrolla sin ser detectada. Al notar el menor síntoma de indiferencia y de falta de entusiasmo ante los demás, hay que hacer saltar las alarmas. La única manera de prevenirse contra esta enfermedad es entender que el alma sufre, y mucho, cuando la obligamos a vivir superficialmente. Al alma le gustan las cosas bellas y profundas.
Paulo Coelho.
sábado, 15 de agosto de 2009
* Camino en sentido contrario *
Camino en sentido contrario
casi al común de la gente.
Tal vez porque al pensar distinto
yo me siento diferente …
Guardo yo aún el concepto
que en la vida hay intereses
que no se pueden mezclar
aunque te ofrezcan un trueque.
Filosofías baratas
es hoy lo que el mundo vende.
Hacer creer que uno es Dios
y que salir “Solo” de todo puede .
Auto ayudarse deja al margen
a un Señor Omnipotente
y así el hombre se destruye
desde el cuerpo hasta la mente .
Será por eso que camino
en sentido diferente
y que no quiero cambiar
porque está echada mi suerte.
Porque la paz de mi alma
la fundé en una roca fuerte
donde a través de los siglos
está firme y permanece .
Desconozco el autor !
sábado, 13 de junio de 2009
Amor Sano y Adulto...
La Serpiente y el Santo - Leyenda Hindú
TEXTO EXTRAíDO DEL LIBRO ARPAS ETERNAS
sábado, 16 de mayo de 2009
El Wesak...
Sabiduria.. Budista...
viernes, 1 de mayo de 2009
EL BUDISMO TIBETANO
En el Budismo tibetano existen cuatro grandes linajes principales y muchos otros menores. El linaje es muy importante en el budismo tibetano, ya que garantiza que las enseñanzas están vivas, es decir, que se han transmitido de maestro a discípulo desde tiempos de Buda y que siempre se ha hecho de forma pura, realizando completamente su comprensión.
Frecuentemente los términos Vajrayana o Budismo Tántrico se aplican como sinónimos del budismo tibetano, pero se debe precisar que los tibetanos y mongoles son budistas practicantes de la regla Mahayana, de los que muchos, aunque no todos, practican el Vajrayana.
Tantra significa "transformación", sus prácticas tienen como objetivo utilizar todo nuestro potencial para llegar a la iluminación, pero esta tarea requiere de una comprensión profunda de las escuelas Teravadha y Mahayana, de una cierta práctica en la meditación, y de una preparación específica:
Los cuatro preliminares ordinarios o "Los cuatro modos de modificar la actitud mental". Se trata de llegar a una comprensión plena de lo que significan estas reflexiones y sirven como base para una actitud de renuncia y una práctica constante y diligente. Estos temas de reflexión son:
1. La preciosa existencia humana. Nuestra existencia es difícil de conseguir y fácil de perder. Deberíamos utilizarla de la mejor manera posible, desarrollando al máximo nuestro potencial para despertar nuestra naturaleza de Buda.
2. La impermanencia y la muerte. Todo cambia, nada permanece, nuestra vida es frágil como una burbuja y el momento de la muerte es incierto, no debemos perder el tiempo apegándonos a lo que sin duda perderemos, ya que nuestro tiempo de vida es incierto.
3. El Karma y sus consecuencias. Una acción virtuosa es causa de felicidad, una acción no virtuosa es causa de sufrimiento, debemos actuar de la forma mas beneficiosa posible para nosotros y los demás, y abandonar totalmente las acciones negativas por pequeñas que nos parezcan.
4. El sufrimiento de la existencia. La esencia de nuestra existencia es el sufrimiento, sufrimos al nacer, al envejecer, al enfermar y al morir. Los que carecen de algo sufren por conseguirlo, los que tienen un poco sufren porque quieren más, los que tienen suficiente sufren para conservarlo, y al final todos perdemos lo que tenemos. Es por eso que debemos intentar trascender esta existencia.
Al llegar a una comprensión profunda y sincera de estos cuatro temas se está preparado para iniciar Los Cuatro preliminares extraordinarios o "las cuatro Grandes Tareas", consisten en cuatro prácticas que hay que repetir un número determinado de veces. La práctica de tomar refugio y generar el deseo de liberarse en beneficio de todos los seres (Bodhichitta), una práctica de purificación (Dorje Sempa), una práctica de acumulación de mérito (Ofrendas del Mandala), y una práctica de devoción al guru (Guru Yoga). Estos preliminares pueden tardar varios años en completarse, y siempre deben de hacerse supervisados por un maestro o alguien con comprensión del tema y que ya los haya realizado.
Acabados los preliminares se inician las prácticas de la meditación Mahamudra o de los Tantras (plegarias y visualizaciones) usando de base a una deidad. Las deidades tibetanas no son seres que viven en los reinos de los dioses, las deidades del budismo tibetano son aspectos de la mente, simbolizan la compasión, la sabiduría, el poder de la acción y los demás aspectos de la mente, hay una gran cantidad de deidades, algunas pacíficas, otras airadas, pero todas son aspectos de la naturaleza de Buda. Al realizarlas, el practicante Vajrayana desarrolla esa cualidad concreta, hasta el punto de llegar a su máxima comprensión y encontrar allí la verdadera naturaleza de su mente.
En el nivel más elevado está la práctica de la meditación Mahamudra o del Dzogchen (dependiendo de la escuela), considerada las enseñanzas más sutiles y profundas del budismo.
Hay que precisar que para practicar el budismo Mahayana y el Vajrayana es imprescindible tener un maestro cualificado, es importante que pertenezca a un linaje puro y que tenga auténticas cualidades como la compasión, que no dé importancia al éxito o al fracaso, al beneficio o a la pérdida, a las alabanzas o las críticas, al placer o al dolor, es decir que sea ecuánime, que tenga paciencia y que sea incansable en el trato con sus discípulos y en difundir el Dharma.
Tradicionalmente en Tíbet antes de llegar a una verdadera relación maestro-discípulo se esperaba un periodo de 9 años en el que el discípulo observaba las cualidades del maestro durante 3 años, el maestro las capacidades del discípulo otros 3, y se observaban mutuamente los últimos 3 años. Sólo entonces surgía el verdadero compromiso entre ambos.
En el Tibet se dice "No examinar al Maestro es como beber veneno. No examinar al discípulo es como saltar a un precipicio"
Padmasambabha, llamado por los tibetanos Guru Rinpoché (el Precioso Maestro), fue el principal introductor del budismo en el Tíbet. Allí encontró a un país de gente bárbara y tosca, un pueblo guerrero, y unos sacerdotes de la antigua religión Bön con grandes poderes mágicos y que dominaban la naturaleza del país, para poder subyugar esta situación, Guru Rinpoché tuvo que utilizar toda su habilidad y poder, eso es Vajrayana, utilizar toda nuestra habilidad y poder para liberarnos del sufrimiento.
En resumen, el principal objetivo del budismo es llevar a la liberación a todos los seres sin excepción, en este sentido Buda dio una enseñanza excepcional, enseñó que todos los seres, incluido el insecto más pequeño, tienen un potencial ilimitado, la naturaleza de Buda, que les puede llevar a la iluminación absoluta.
¡¡¡ QUE TODOS LOS SERES SEAN FELICES!!!
Clavos
Un hombre va a una ferretería en busca de un clavo de un tamaño específico. Le dicen que esos clavos están el tercer pasillo del tercer piso, en la parte de atrás. El hombre se dirige al lugar indicado, pero no encuentra los clavos. Entonces, se devuelve a buscar al dependiente que lo atendió y le dice: "Disculpe, no encontré los clavos que busco en el lugar que me indicó". El dependiente responde: "¡Oh!, ¿se refería a esos clavos?, Pasillo siete, en el sótano". El hombre va hasta allí y. de los clavos, todavía nada. Regresa a ver al dependiente y le dice: "¿Ustedes de verdad venden estos clavos?"
Y el dependiente responde: "¡Ah, esos clavos! Aquí mismo están".
"Y, ¿por qué me hizo correr por toda la tienda?"
"Son los productos más populares de la tienda, si fueran fáciles de conseguir, nos quedaríamos sin existencias. Así que nos aseguramos que quien llega buscándolos, realmente los desea".
Este es el juego que la Luz juega con nosotros.
Hoy, pregúntate con sinceridad:
"¿Realmente deseo mayor elevación?
¿Realmente deseo que mi vida sea diferente?
¿Cuánto esfuerzo estoy dispuesto a realizar para que mi vida esté libre de caos?