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lunes, 12 de octubre de 2009

Alcanzar



Si quieres tener el mar,
contémplalo,
y abre tus manos en sus aguas
y todo el mar estará en ellas…;
porque si cierras tus manos para retenerlo,
se quedarán vacías.


Si quieres tener un amigo peregrino,
déjalo marchar y lo tendrás…;
porque si lo retienes para poseerlo,
lo estarás perdiendo,
y tendrás un prisionero.


Si quieres tener el viento,
extiende tus brazos y abre tus manos
y todo el viento será tuyo…;
porque si quieres retenerlo
te quedarás sin nada.


Si quieres tener un hijo,
déjalo crecer,
déjalo partir, y que se aleje,
y lo tendrás maduro a su regreso…;
porque si lo retienes poseído
lo pierdes para siempre.


Si quieres tener el sol
y gozar de su luz maravillosa
abre los ojos y contempla…;
porque si los cierras
para retener su luz que ya alcanzaste,
te quedarás a oscuras.


Si quieres vivir el gozo de tener
libérate de la manía de poseer y retener.
Goza de la mariposa que revolotea,
goza del río que corre huidizo,
goza de la flor que se abre cara al cielo…;
goza teniéndolo todo
sin poseerlo…sin retenerlo.


¡Sólo así gozarás de la vida,
sabiendo que la tienes sin poseerla,
dejándola correr sin retenerla.


Desconozco el autor

Lakshmi y Saraswati

"Cuenta una antigua historia Védica que un joven salió en busca de la Abundancia. Por muchos meses anduvo por los campos, hasta que un día se internó en un bosque donde encontró un maestro espiritual al que preguntó si conocía el secreto para obtener riqueza y prosperidad.


El maestro le contestó: "en el corazón de cada ser humano residen dos diosas, una es Lakshmi, la diosa de la riqueza, es generosa y bella, si tú la veneras, te prodigará con tesoros y riquezas, pero también es celosa, puede retirarte su apoyo sin prevenírtelo. La otra diosa es Saraswati, la disoa de la sabiduría. Si tú la veneras y te dedicas a alcanzar la sabiduría, Lakshmi se pondrá celosa y te prestará mayor atención. Mientras más busques la sabiduría, Lakshmi te perseguirá más intensamente".


Mientras más gente dedica su vida a la persecución de Lakshmi -dinero, mansiones, autos de lujo y otros símbolos de riqueza-, la verdadera abundacia, no es conseguir todo lo que el ego desea en un tiempo dado, es más bien saber quién eres tú realmente que es: pura consciencia, pura potencialidad. Tu sentido de ser se expande más allá de tu identificación con tu cuerpo físico o tu mente y despiertas a tu naturaleza esencial espiritual. En este estado de conscienca expandida, te deshaces de creencias limitantes y miedos, permitiendo al infinito campo de inteligencia llenar sin esfuerzo, tus deseos y deseos.


Hoy por hoy en nuestro ambiente económico, la hipnosis masiva de escasez y miedo puede llegar a ser irresistible. En lugar de agotar tu energía mental con preocupaciones, dirígela a cultivar riqueza espiritual y entusiasmo y a alcanzar tu verdadero potencial. Una manera de obtenerlo es meditando, conectándote con tu verdadera naturaleza...


La abundancia puede llegar en forma de amistades, sabiduría, dinero, expresión creatriva, buena salud, relaciones amorosas, energía mental y entusiasmo, paz mental e infinidad de otras maneras. Pero, de cualquier manera que la riqueza se manifieste, el hecho es que estos efectos son el resultado espontáneo de tu despertar espiritual; ellos no son buscados por sí mismos, si no son más bien el verdadero regalo que te da la vida: la manifestación de tu divinidad interna.
Con amor,

Deepak Chopra

domingo, 4 de octubre de 2009

La Soberbia del Arbol... Sabiduria Budista

Dicen que hace muchísimo tiempo a los árboles no se les caían las hojas.

Y sucedió que un anciano iba vagando por el mundo desde joven, su propósito era conocerlo todo. Al final estaba muy pero que muy cansado de subir y bajar montañas atravesar ríos, praderas andar y andar , cansado de esto decidió subir a la más alta montaña del mundo, desde donde, quizás, podría ver y conocerlo todo antes de morir.

Lo malo es que la montaña era tan alta que para llegar a la cumbre había que atravesar las nubes y subir más alto que ellas. Tan alta que casi podía tocar la luna con la mano extendida.

Pero al llegar a lo más alto, comprobó que solo podía distinguir un mar de nubes por debajo suyo y no el mundo que deseaba conocer.

Resignado decidió descansar un poco antes de continuar con su viaje.

Siguió andando hasta que encontró un árbol gigantesco. Al sentarse a su gran sombra no pudo menos que exclamar:

—¡Los Budas deben protegerte, pues ni la ventisca ni el huracán han podido abatir tu grandioso tronco ni arrancar una sola de tus hojas!

—Ni mucho menos, —contestó el árbol sacudiendo sus ramas con altivez y produciendo un gran escándalo con el sonido de sus hojas—, el maligno viento no es amigo de nadie, ni perdona a nadie, lo que ocurre es que yo soy más fuerte y hermoso.

- El viento se detiene asustado ante mí, no sea que me enfade con él y lo castigue, sabe bien que nada puede contra mí.

El anciano se levantó y se marchó, indignado de que algo tan bello pudiese ser tan necio como lo era ese árbol.

Al rato el cielo se oscureció y la tierra parecía temblar

Apareció el viento en persona: —¿Qué tal arbolito? —rugió el viento—, así que no soy lo bastante potente para ti, y te tengo miedo? ¡Ja, ja, ja! rió el viento

Al sonido de su risa todos los arboles del bosque se inclinaron atemorizados.

—Has de saber que si hasta ahora te he dejado en paz ha sido porque das sombra y cobijo al caminante, ¿No lo sabías?

—No, no lo sabía.

—Pues mañana a la luz del sol tendrás tu castigo, para que todos vean lo que les ocurre a los soberbios, ingratos y necios.

—Perdón, ten piedad, no lo haré más.

—¡Ja, ja, ja, de eso estoy seguro, ja, ja ja!

Mientras transcurría la noche el árbol meditaba sobre la terrible venganza del viento. Hasta que se le ocurrió un remedio que quizás le permitiese sobrevivir a la cólera del viento.

Se despojó de todas sus hojas y flores. De manera que a la salida del sol, en vez de un árbol magnífico, rey de los bosques, el viento encontró un miserable tronco, mutilado y desnudo.

Al verlo, el viento se echó a reir, cuando pudo parar le dijo así al árbol:

—En verdad que ahora ofreces un espectáculo triste y grotesco. Yo no hubiese sido tan cruel,¿que mayor venganza para tu orgullo que la que tu mismo te has infringido?, de ahora en adelante, todos los años tu y tus descendientes, que no quisisteis inclinaros ante mi, recuperareis esta facha, para que nunca olvidéis que no se debe ser necio y orgulloso.

Por eso los descendientes de aquel antiguo árbol pierden las hojas en otoño. Para que nunca olviden que nada es más fuerte que el viento.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La Impermanencia...

“Lo que ha nacido morirá,
lo que se ha recogido se dispersará,
lo que se ha acumulado se agotará,
lo que se ha construido se derrumbará
y lo que ha estado en alto descenderá.”



Antes de morir, el Budha preguntó a sus discípulos si tenían alguna última Interrogante que hacerle. Los discípulos permanecieron en silencio. Y entonces, el Budha dijo sus últimas palabras:


“Todas las cosas condicionadas son impermanentes. Busquen sus salvación diligentemente! .


Y esta afirmación, a manera de un legado a sus discípulos y a toda la humanidad, contiene el corazón de su enseñanza. Anicca, es decir: la impermanencia o transitoriedad de todas las cosas.”

“En el período clásico de la historia del Japón se acuño el término Aware que significa sensibilidad, sensibilidad ante la transitoriedad de las cosas. El cerezo blanco que florece y declina, las nubes que forman tenues trazos en el cielo y se van, los cantos rodados que el mar envuelve y se lleva, las hojas marrones que en otoño se aferran a los árboles para desaparecer inevitablemente, en fin, la vida misma, breve e inasible, que reverbera sólo fugazmente para eclipsarse en la muerte.”

El Budhismo afirma que tanto nuestra realidad interior como la del mundo externo, están siempre en un estado de cambio permanente. La estabilidad, sea en los átomos, en las cordilleras montañosas, o aún en nosotros mismos es una ilusión. Según la doctrina budhista, ninguno de nosotros es física, emocional ni mentalmente la misma persona que éramos hace años. Ni siquiera hace, minutos o un solo instante. Todas las situaciones, todas las entidades, todos nuestros pensamientos y todos nuestros estados de ánimo nacen, generan fuerza, se deterioran y desaparecen. Para el budismo, somos seres cambiantes en un mundo cambiante. Por eso no nos es posible encontrar seguridad permanente ni certidumbre absoluta, incluso en el más próximo futuro..

La muerte no existe. En Occidente no se enseña a morir y tenemos la falsa Idea de que no vamos a morir nunca. Es muy necesario meditar en estos casos más en la muerte. La muerte está en todas partes, cada día muere parte de nosotros y otra es renovada, así vamos perfeccionando, pero quién tristemente se ata al cuerpo y no quiere ver la realidad, haciendo permanente la impermanencia, aplazando aquello que no desea pero que sabe que inevitablemente algún día llegará. El cuerpo es mortal al sentirnos identificados con el cuerpo hace que no queramos desprendernos de él, pero por más empeño que pongamos en mantener con vida aquello que carece de vida, en mantener la confianza en aquello que no la posee y la esperanza donde no la hay, termina atrapado en las redes de una araña como los mosquitos porque la impermanencia está ahí, no podemos detenerla ni prolongarla porque todo ocurre en su momento y no hay más vueltas que dar. Todo es impermanente, sólo lo que carece de existencia es eterno.

Reflexione sobre esto: la percepción de la impermanencia es, paradójicamente, la única cosa a que podemos aferrarnos, quizás nuestra única posesión duradera. Es como el cielo o la tierra. Aunque todo a nuestro alrededor cambie o se venga abajo, ellos se mantienen.

Concluyo el tema con palabras del Maestro Chuang Tzu:


“El nacimiento de un hombre es el nacimiento de su pena. Cuanto más vive, más estúpido se vuelve, porque su ansia por evitar la muerte inevitable se hace cada vez más aguda. ¡Qué amargura! ¡Vive por lo que está siempre fuera de su alcance! Su sed de sobrevivir en el futuro le impide vivir en el presente.”

domingo, 6 de septiembre de 2009

LOS INSTANTES PERDIDOS SON IRRECUPERABLES

La vida puede ser vivida, o transformarse en un simulacro. Puede ser serena, puede ser competitiva. Puede ser alegre, puede ser triste, pero siempre es irrecuperable. Rabindranath Tagore, poeta indio, decía: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas".

El ser humano, eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada y también padece cuando tiene demasiado. No quiere conservar sus bienes para disfrutarlos, sino mantenerlos para acrecentarlos.

Si alguien es demasiado amado, se siente atosigado. Si nadie lo ama, se siente desgraciado. Cuando está con una persona añora otra presencia. Cuando está en alguna parte, quisiera estar en otra.

Tantas veces el valor lo obtiene lo que se ha perdido. Tantas veces lo largamente anhelado aburre y desespera. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo dejaremos escapar lo que tenemos buscando lo que tampoco disfrutaremos? ¿Y hasta cuándo seguiremos pensando que es tarde, que ya no hay oportunidad?

Vivamos el momento, disfrutemos lo que tenemos y nunca, pero nunca, olvidemos que el único tiempo que podemos perder es el que todavía no ha llegado.

El resto es pasado.

Desconozco autor

¿TE SIENTES INDISPENSABLE?

Comienza la Historia...
• Valentín se graduó hace un par de años y
vive en Estados Unidos.
• Tiene un trabajo en el área de
computación en una compañía
internacional que lo lleva a viajar con
frecuencia por diversos países.
• Cuando le pregunté por su trabajo, me
respondió: "Tranquilo, pero muy bien".
¿Porque tranquilo?
• Le pregunté?
• Me dio una respuesta muy interesante: "Porque allá
se entra muy puntualmente pero se debe salir
también a la hora exacta.
• Si te quedas a trabajar más tiempo, tu jefe empieza
a dudar de tu capacidad y ofrece quitarte el trabajo.
• El trabajo que se asigna es para realizarse dentro
de las horas que debes permanecer en la oficina y a
la empresa le interesa que quienes trabajan ahí
tengan una vida personal.
Esa vida Personal comienza a las 6:00 de la
tarde...
Esto coincide con un programa de televisión que me tocó ver por
cable en días pasados. Era una reunión de expertos en relaciones
laborales y la gran discusión eran los horarios de trabajo que se
han alterado en muchos países.
Uno de los expertos en relaciones humanas dijo que el trabajo NO
debería sustituir jamás a la vida personal del trabajador . Y explicó
por qué: "La única posibilidad de encontrar el equilibrio necesario
para que una persona sea sana en lo psicológico, emocional e
intelectual es que
le dedique tanto tiempo a sus relaciones
personales como a sus relaciones laborales.
Las “exigencias laborales“ -explicó- se han vuelto muy
demandantes.
Algunas empresas han obligado a sus empleados a posponer su
vida personal para un futuro que nunca llega y lo que es peor, a
renunciar a ella para sustituirla con la vida laboral, lo cual es
ENTRE MUCHAS OTRAS COSAS...
Uno de los expertos señaló algunas de las
cuestiones que deberían encender la alarma en
cualquier institución o empresa, porque son
síntomas de que algo anda mal:
• Exceso de juntas, particularmente de aquellas en
las cuales se discute mucho pero no se llega a
nada concreto.
• Planes y proyectos muy bien elaborados que rara
vez toman forma.
ENTRE MUCHAS OTRAS COSAS...
• El premiar a quien permanece trabajando dos o tres horas
después de la hora de salida. Según el experto, eso sólo puede
suceder por tres razones:
1. Porque no le alcanza el tiempo
(síntoma de ineficiencia o
incapacidad por parte del trabajador).
2. Porque se le ha asignado más trabajo del que debe tener
ese
puesto (síntoma de ineficiencia de la empresa o de quien asigna el
3. Porque hizo cosas ajenas al trabajo durante el tiempo de éste
(deshonestidad del trabajador) y, por lo tanto, debe reponer
tiempo perdido.
Efecto dominó (cualquiera de las tres opciones mencionadas
sucede con alguien y afecta el trabajo de otros que, como
consecuencia, también se tendrán que quedar a completar su
responsabilidad).
Visualización errada.....
El que todos los ejecutivos o directivos deban estar siempre (a
cualquier hora de cualquier día disponibles , para lo cual se les obliga
a cargar con un rastreador a donde vayan: celular, beeper, etc.
El que se reciban mensajes, electrónicos oficiales escritos a altas
horas de la noche o en la madrugada y/o durante fines de semana
(que deben estar dedicados a la vida familiar) y/o de sitios
vacacionales o de descanso.
El que entre los empleados o directivos de los niveles superiores
haya un índice muy alto de divorcios , o peor aún: de infartos y crisis
El que los familiares (principalmente esposa e hijos) de los
trabajadores se quejen del tiempo excesivo que éstos le dedican a la
El que el único tema de discusión o platica en las reuniones donde
coinciden varias personas de la misma empresa sea relacionado con
El que los trabajadores descubran que
ir al cine, teatro, ópera ,
conciertos, museos o centros de diversión se ha vuelto una actividad
excepcional en su vida.
El que el trabajo se convierta en algo agobiante y genere más estrés
que satisfacción en quien lo realiza.
¿Te reconoces en alguna o
en varias de ellas?
¿Reconoces a tu esposo(a), a tu jefe(a), amigo(a), tus
colegas? ¿Crees que el experto está equivocado?
¿Las
consideras exageraciones?
El trabajo es uno de los elementos importantes en la vida de
los seres humanos, pero no el único.
Una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu
trabajo a la "hora de salida", sin sentirte culpable? Ahora,
¿qué opinas? A veces nos desvivimos tanto por el trabajo
que lo menos que esperamos es una gratificación a
nuestros esfuerzos.
Por eso pienso que uno debe compartir con su familia todo
el tiempo que pueda.
En el trabajo solamente ,
somos un número mas...
• El trabajo se mantiene y otro número toma tu
lugar, nadie es indispensable en un compañía.
Entiende, comprende, reflexiona:
Que en tu HOGAR nadie toma TU LUGAR y TU si
eres INDISPENSABLE en él.
Cualquier similitud con la vida real, es
solamente una mera coincidencia....

sábado, 5 de septiembre de 2009

Dueños de la vida..

Pareciera que todos son dueños de sus vidas.
En cambio son pocos los que son verdaderamente, dueños de sus propias vidas.

Y ésta es la causa de muchas tristezas, depresiones, descontentos, ansiedades y angustias.

Tenemos la impresión de que no llevamos las riendas de nuestra propia existencia. Y eso no nos gusta.

Sentimos que nuestra vida está en otras manos y que no la dirigimos como verdaderos dueños.

Aduéñate de tu vida.
Es tan importante y consolador que bien merece el esfuerzo.

Si esperas que los demás decidan por ti.
Si culpas a otros por tus errores y desgracias.
Si no te conoces, amas y respetas de verdad a ti mismo.

NECESITAS URGENTEMENTE ADUEÑARTE DE TU VIDA.

Cuanto más dueños nos sentimos de nuestra propia vida, menos necesitamos imponer, dirigir y controlar a los demás.

Un maestro de la antigüedad ya escribía hace cientos de años:
“Si yo no me pertenezco a mi mismo, entonces ¿quién puede pertenecerme? Y si soy únicamente para mí mismo, entonces ¿qué soy?”.
Y si todo esto no lo hago ahora, ¿cuándo?

Muchos piensan que sintiéndose pobres, sumisos, débiles, humildes...
los demás los amarán más y aceptarán mejor.

Muchos piensan que sintiendo y pensando como los demás, son mejor aceptados por ellos.

Muchos piensan que siendo dueños de sus vidas, con verdadera libertad interior, se sentirán aislados y nadie los ayudará, olvidando que cuanto más dueños somos de nuestras vidas, más damos y mas recibimos.

Muchos piensan que hacen un gran favor y obsequio estimable al otro, cuando dicen: “Sin ti mi vida es nada. Sin tu amor no soy nada”.
Si es así, el único que vale es el otro.
Ellos sólo le ofrecen lo que son: nada.

ADUEÑATE DE TU VIDA.

Empieza a pensar por ti, a sentir por ti, a decidir por ti y asumir las consecuencias de todos tus actos.

Es la única manera de que tu vida sea realmente tuya.-
Darío Lostado

COMO LOS PAJAROS ADQUIRIERON SUS ALAS

Existe una fábula acerca de la manera en como los pájaros adquirieron las alas. Al principio fueron formados sin alas. Entonces Dios hizo las alas y las puso delante de los pájaros, que carecían de ellas, diciéndoles:
"Venid, tomad estas cargas y llevadlas".
Los pájaros tenían un plumaje delicioso y sus trinos eran melodiosos. Podían cantar y sus plumas brillaban en la claridad del sol, pero no podían remontarse en el aire.
Al principio vacilaron cuando se les mandó tomar las cargas que había junto a sus pies, pero pronto obedecieron y, cogiendo las cargas con sus picos, las colocaron en sus espaldas para llevarlas.
Durante un poco de tiempo la carga parecía pesada y dura de llevar, pero no transcurrió mucho en que, llevando sus cargas y desplegándolas sobre sus corazones, las alas crecieron de prisa en sus cuerpecitos, y de pronto descubrieron la manera de usarlas y se elevaron en el aire por medio de ellas.
Las cargas se convirtieron en alas.
Es una parábola.
Nosotros somos los pájaros sin alas y nuestros deberes y tareas son las alas que Dios ha hecho para elevarnos hacia el cielo. Miramos a nuestras dificultades y pesadas cargas y nos asustan, pero cuando las levantamos y atamos sobre nuestros corazones se convierten en alas y con ellas nos elevamos y remontamos hacia Dios.
No existe carga que, si la levantamos con alegría y la llevamos con amor en nuestros corazones,
no se convierta en una bendición para nosotros.
Dios dice que nuestras tareas son nuestras mejores amigas. Rehusar el inclinar nuestras espaldas para recibir una carga es rechazar una nueva oportunidad para progresar.

J. R. Miller
Toma la carga con alegría, no reniegues de ella, lentamente tus alas se abrirán y podrás volar.
A veces parece imposible que podamos llevar tanto peso pero al pasar el tiempo nos damos cuenta que Dios no nos da más peso del que podemos llevar.
Por ello siempre despliega tus alas, no pienses
¿por qué a mi? ¿Me merezco esto?
Simplemente lleva la carga, no te resistas pues al pasar el tiempo comprenderás que tu crecimiento interior fue maravilloso y que tu fortaleza logró que puedas elevarte por encima del infortunio.
Nos toca vivir a veces situaciones impensadas, no sabemos qué hacer, nos sentimos a la deriva, quizás queremos quedarnos paralizados ahí por temor al futuro, tal vez preferimos ignorar o no pensar en el problema pero debemos enfrentar lo que nos toca con la firme convicción de que vamos a poder solucionarlo,
y que pronto volveremos a sentirnos en paz y bien.
Todo pasa, nada es eterno, los problemas tampoco y de nuestra fuerza,
de nuestra alegría
y de nuestra fe depende
que nuestras alas se desplieguen siempre aún
cuando la carga nos parezca demasiado pesada.

Moralización de los seres en algunas de las religiones.

Todas las religiones tienen sus puntos luminosos, por estar inspiradas en fuentes de la espiritualidad de sus tiempos y comprensiones, y las hay inclinadas, por su génesis y teología, al dominio, al egoísmo, queriéndolo todo para sí y ocultando muchas veces la verdad, y con sus variantes convencionales lucrarse en lo posible.

En cada época ha sido conveniente refrenar, por medio del temor, los instintos humanos, por no estar preparadas las comprensiones de los seres, y ha sido necesario pasar por ellas formándoles en sus pensamientos un algo que les diera forma en su imaginación, pensamientos erróneos que al fin les den esperanza o temor en otra vida y, confiados en ella, les cuentan sus más íntimos secretos.

A cada tiempo, a cada humanidad hay que darle verdades más afinadas a la comprensión de su época. La de hoy, cuánto lucha por implantar verdades y no creen en ellas; todos no quieren soltar su presa, pera la verdad es una: la que ha de alumbrar a toda la Humanidad.

Cuántos seres dicen y hacen lo que no creen, ni creen lo que dicen. Pero sí que todos recomiendan la moral y el bien, y si alguno la aprovecha, Dios de las bondades y misericordias también les recibe.

Todas las religiones tienen sus enseñanzas morales que luego se convierten en oscuridad. ¿De qué les ha servido tanta ostentación? Cuántas veces, en sus soledades, meditan, comparan y dicen: ¡todo es una mentira! Y como resultado, el ateísmo, el materialismo, y para muchos la indiferencia, les inclina en la pendiente del vicio, sin poner reparo en el bien ni el mal, por creer que con la muerte ya termina todo. ¡Qué aberración! ¿Dónde está el estudio? ¿Dónde la comprensión? ¿No os dicta vuestra conciencia que hay un algo más?



¡Fuimos ayer, somos hoy y continuaremos siendo mañana!



Flor triste, flor oscurecida,

ella muy, bien me enseñó

lo que en blanco y negro había,

y mi alma entristeció.



Otra flor de más perfume, ya lo sé yo,

que muy bien me embalsamó:

el Gran Espiritismo Moderno,

el que a mi alma alumbró.



Y entre flores y espinas

pude muy bien comprender

que las enseñanzas divinas

dan la alegría al ser,

dale esperanzas y alegrías,

guiándote noche y día

para saber comprender

y esperar un nuevo día.





Espiritismo moderno y reformado.

Allan Kardec

Un cuento de Tagore...

Ya el sol se había puesto entre el enredo del bosque sobre los ríos.

Los niños de la ermita habían vuelto con el ganado y estaban sentados al fuego, oyendo a su maestro Gautama, cuando llegó un niño desconocido y lo saludó con flores y frutos. Luego, tras una profunda reverencia, le dijo con voz de pájaro:

"Señor Gautama, vengo a que me guíes por el Sendero de la Verdad.

Me llamo Satyakama"

"Bendito seas -dijo el Maestro- ¿Y de qué casta eres, hijo mío? Porque sólo un brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría".

Contestó el niño:

"No sé de qué casta soy, Maestro; pero voy a preguntárselo a mi madre".

Se despidió Satyakama, cruzó el río por lo más estrecho, y volvió a la choza de su madre, que estaba al fin de un arenal, fuera de la aldea ya dormida.

La lámpara iluminaba débilmente la puerta, y la madre estaba fuera, de pie en la sombra, esperando la vuelta de su hijo

Lo cogió contra su pecho, lo besó en la cabeza y le preguntó qué le había dicho el Maestro.

"¿Cómo se llama mi padre? -dijo el niño- Porque me ha dicho el Señor Gautama que sólo un brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría".

La mujer bajó los ojos y le habló dulcemente: "Cuando joven yo era pobre y conocí muchos amos. Sólo puedo decirte que tú viniste a los brazos de tu madre Jabala, que no tuvo marido".

Los primeros rayos del sol ardían en la copa de los árboles de la ermita del bosque. Los niños, aún mojado el revuelto pelo del baño de la mañana, estaban sentados ante su Maestro, bajo un árbol viejo.

Llegó Satyakan, le hizo una profunda reverencia al Maestro y se quedó de pie en silencio.

"Dime -le preguntó el Maestro- ¿Sabes ya de qué casta eres?"

"Señor -contestó Satyakama-, no sé. Mi madre me dijo: Yo conocí muchos amos cuando joven, y tú viniste a los brazos de tu madre Jabala, que no tuvo marido".

Entonces se levantó un rumor como el zumbido iracundo de las abejas hostigadas en su colmena. Y los estudiantes murmuraban entre dientes de la desvergonzada insolencia del niño sin padre.

Pero el Maestro Gautama se levantó, trajo al niño con sus brazos hasta su pecho, y le dijo:

"Tú eres el mejor de todos los brahmines, hijo mío;

porque tienes la herencia más noble,

que es de la verdad".

Rabindranat Tagore