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jueves, 9 de agosto de 2007

El Carpintero

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua. Esta larga y beneficiosa colaboración termino repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y que fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso". "Sí", dijo el mayor de los hermanos, "Tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y el tomó su buldózer y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, el pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más."
El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho."
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajo duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. ¡No había ninguna cerca de dos metros! En su lugar había un puente -¡un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!- Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: "¡Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!".
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "¡No, espera!", le dijo el hermano mayor.
"Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti" , le dijo el hermano mayor al carpintero. "Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".

La Mentira

Cuatro amigos de la Universidad se fueron a parrandear el fin de semana antes de los exámenes finales a un país vecino.La pasaron super bien. Pero después de tanta fiesta durmieron todo el domingo y no regresaron a su país hasta el lunes por la mañana.En lugar de entrar al examen final, decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían la razón por la que habían perdido el examen.Le explicaron que se habían ido de viaje el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar, pero desafortunadamente, "se les ponchó" una llanta cuando venían de regreso, no tenían las herramientas y nadie les había querido ayudar.Como resultado de la aventura, perdieron el final. El profesor lo pensó y acordó hacerles el final al día siguiente. Los cuatro amigos estaban felices.Estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer el examen. El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno el test para que comenzaran.Vieron el primer problema, valía 5 puntos y era muy fácil sobre la historia del mercadeo. "¡Excelente!", pensó cada uno en su salón separado. "Esto va a estar muy fácil"Cada uno terminó el problema y voltearon la página. En la segunda página estaba escrito: Por 95 puntos.........: ¿Cual llanta?

Herbert ¡Una historia que estremece!


En una cena de beneficencia para una escuela de niños con capacidades especiales, el padre de un estudiante pronunció un discurso que nunca Será olvidado por las personas que lo escucharon.

Después de felicitar y exaltar a la escuela y a todos los que trabajan En ella, este padre hizo una pregunta: "Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza, el orden natural de las cosas alcanza la perfección.

Pero mi hijo, Herbert, no puede aprender como otros niños lo hacen.

No puede entender las cosas como otros niños. ¿Donde está el orden Natural de las cosas en mi hijo?

La audiencia quedó impactada por la pregunta.

El padre del niño Continuo diciendo: "Yo creo que cuando un niño como Herbert, física y mentalmente discapacitado viene al mundo, una oportunidad de ver la naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño".

Entonces contó que un día caminaba con su hijo Herbert cerca de un parque donde algunos niños jugaban baseball. Herbert le pregunto a su padre:

"¿Crees que me dejen jugar?"

Su padre sabia que a la mayoría de los Niños nos les gustaría que alguien como Herbert jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un Sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidad especiales.

El padre de Herbert se acerco a uno de los niños que estaban jugando y le pregunto (sin esperar mucho) si Herbert podría jugar.

El niño miro alrededor por alguien que lo aconsejara y le dijo: Estamos perdiendo por seis carreras y el juego esta en la octava entrada.

Supongo que puede unirse a nuestro equipo y trataremos de ponerlo al bate en la novena entrada".

Herbert se desplazo con dificultad hasta la banca y con una amplia sonrisa, se puso la camisa del equipo mientras su padre lo contemplaba con lágrimas en los ojos por la emoción.

Los otros niños vieron la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado.

Al final de la octava entrada, el equipo de Herbert logro anotar algunas carreras pero aun estaban detrás en el marcador por tres.

Al inicio de la novena entrada, Herbert se puso un guante y jugo en el jardín derecho.

Aunque ninguna pelota llego a Herbert, estaba obviamente extasiado solo por estar en el juego y en el campo, sonriendo de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde las graderías.

Al final de la novena entrada, el equipo de Herbert anoto de nuevo.

Ahora con dos "out" y las bases llenas la carrera para obtener el triunfo era una posibilidad y Herbert era el siguiente en batear.

Con esta oportunidad, ¿dejarían a Herbert batear y renunciar a la posibilidad de ganar el juego? Sorprendentemente, Herbert estaba al bate.

Todos sabían que un solo "hit" era imposible por que Herbert no sabía ni como agarrar el bate correctamente, mucho menos pegarle a la bola.

Sin embargo, mientras Herbert se paraba sobre la base, el "pitcher", reconoció que el otro equipo estaba dispuesto a perder para permitirle a Herbert un gran momento en su vida, se movió unos pasos al frente y tiro la bola muy suavemente para que Herbert pudiera al menos hacer contacto con ella.

El primer tiro llego y Herbert abanico torpemente y fallo.

El "pitcher" de nuevo se adelanto unos pasos para tirar la bola suavemente hacia el bateador.

Cuando el tiro se realizo Herbert abanico y golpeo la bola suavemente justo enfrente del "pitcher".

El juego podría haber terminado. El "pitcher" podría haber recogido la bola y haberla tirado a primera base.

Herbert hubiera quedado fuera y habría sido el final del juego. Pero, el "pitcher" tiro la bola sobre la cabeza del niño en primera base, fuera del alcance del resto de sus compañeros de equipo. Todos desde las graderías y los jugadores de ambos equipos empezaron a gritar Herbert corre a primera base, corre a primera" nunca en su vida Herbert había corrido esa
distancia, pero logro llegar a primera base. Corrió justo sobre la línea, con los ojos muy abiertos y sobresaltados.

Todos gritaban, "¡Corre a segunda!" recobrando el aliento, Herbert con dificultad corrió hacia la segunda base.

Para el momento en que Herbert llego a segunda base el niño del jardín derecho tenía la bola...el niño más pequeño en el equipo y que sabía que tenía la oportunidad de ser el héroe del día.

El podía haber tirado la bola a segunda base, pero entendió las intenciones del "pitcher" y tiro la bola alta, sobre la cabeza del niño en tercera base.

Herbert corrió a tercera base mientras que los corredores delante de el hicieron un circulo alrededor de la base.

Cuando Herbert llego a tercera, los niños de ambos equipos, y los espectadores, estaban de pie gritando "¡corre a "home"! corre".

Herbert corrió al "home", se paro en la base y fue vitoreado como el héroe que bateo el "grand slam" y gano el juego para su equipo. "Ese día", dijo el padre con lagrimas bajando por su rostro, "los niños de ambos equipos ayudaron dándole a este mundo un trozo de verdadero amor y humanismo".

Herbert no sobrevivió otro verano.

Murió ese invierno, sin olvidar nunca haber sido el héroe y haber hecho a su padre muy feliz, haber llegado a casa y ver a su madre llorando de felicidad y ¡abrazando a su héroe del día!... Desconozco el autor...

Discipulos....

Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad -dijo un maestro-.
Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él. Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo,
tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad.Cuando la gente busca un maestro, debería estar buscando experiencias que puedan ayudarle a evitar ciertos obstáculos.
Desgraciadamente, la realidad es otra: recurren a la ley del mínimo esfuerzo,
intentando encontrar respuestas para todo.
El que desea aprovecharse del esfuerzo del maestro para así no gastar sus energías nunca llegará a ninguna parte, y acabará por sentirse decepcionado. Quien estudie un poco la historia de Buda, se dará cuenta de que, después de alcanzar la iluminación, se dedicó a hacer que sus discípulos desarrollasen las cualidades necesarias para llegar a la tan anhelada paz de espíritu. Quien lea los evangelios, reparará en que casi todas las enseñanzas de Jesús tienen lugar en dos circunstancias: bien cuando viajaba, bien alrededor de una mesa.
Nada de templos. Nada de lugares escogidos. Nada de prácticas sofisticadas y difíciles:
los apóstoles prestaban atención a lo que decía cuando andaba y cuando comía,
cosas que hacemos todos los días de nuestras vidas.
Precisamente porque las hacemos todos los días, no damos ningún valor a las enseñanzas que están escondidas en nuestros quehaceres diarios.
Pensamos que las cosas sagradas son accesibles sólo para los gigantes de la fe y la voluntad,
y pensamos que aquello que hacen las personas es demasiado pobre para ser aceptado con alegría por Dios.En busca de nuestros sueños e ideales, muchas veces colocamos en lugares inaccesibles todo lo que está al alcance de la mano.
Cuando descubrimos el error, en lugar de alegrarnos por haber comprendido nuestros fallos, nos dejamos llevar por la culpa de haber dado pasos errados, de haber malgastado nuestras fuerzas en una búsqueda inútil, de haber disgustado a quien deseaba nuestra felicidad.
Y es entonces cuando corremos el peligro de acercarnos a los 'maestros' o 'gurús' que nos ayudarán a recuperar el tiempo perdido.
Pero no es así: aunque el tesoro esté enterrado en tu casa, sólo lo descubrirás cuando te hayas alejado. Si Pedro no hubiese experimentado el dolor de la negación, no hubiera sido escogido jefe de la Iglesia. Si el hijo pródigo no hubiese abandonado todo, jamás habría sido recibido con júbilo por su padre. Si Buda no hubiese decidido vivir una vida de sacrificio durante muchos años, jamás hubiera entendido el placer de la alegría.Algunas cosas en nuestras vidas tienen un sello que dice:
«Sólo comprenderás mi valor cuando me pierdas y me recuperes».
De nada sirve querer acortar este camino. Existe un viejo dictado mágico que dice: cuando el discípulo está listo, aparece el maestro.
Pensando en esto, muchas personas se pasan la vida entera preparándose para este encuentro.
Cuando se cruzan con el maestro, se entregan por completo, días, meses o años.
Pero terminan descubriendo que el maestro no es el ser perfecto que habían imaginado, sino una persona igual a las demás, cuya única función es compartir aquello que ha aprendido.
Al verse frente a una persona normal, el discípulo se siente herido.
Siente desesperación y el deseo de abandonar la búsqueda, cuando, en realidad, es así como debe ser, es esto lo que nos hace libres para labrarnos nuestro propio camino....Paulo Coelho

LA VIDA ME HA ENSEÑADO



La vida me ha enseñado,que por más correr no se llega antes a lo sitios.
Que es más importante y valioso tener una mano amiga a la que poder sujetar la nuestra y no hacer el camino en soledad.
Que los entimientos entregados más nobles y sinceros son los que debemos valorar.
Que una sonrisa hace muchas dificultades más llevaderas.
Que el egoísmo y el abandono tan solo conducen a consecuencias negativas.
Que los pequeños y satisfactorios momentos son los que ciertamente colman nuestro bienestar.
Que la amistad no se compra con dinero,es un sentimiento grandioso que no tiene precio.
Que es necesario que nuestros ojos derramen lágrimas en algunos momentos,para poder ver la luz y la claridad con nitidez.
Que "amar" no es el símil de "querer".Amar para querer,querer para obtener,es la semejanza en muchas personas.
Que entrega a los demás no significa la obligación de tener que recibir forzosamente.
Que una mirada y un silencio sinceros compartidos, dicen más que una palabra dicha con hipocresía y hablando desde la mentira.
Que las miradas hablan por sí solas.Que la palabra "amigo" tiene para muchas personas el significado de "conocido".
Que en la amistad la distancia no tiene porqué ser sinonimo de olvido. Desconozco el Autor...

Pequeños detalles....

Después del 11 de septiembre, una compañía invitó a los miembros que quedaban de otras compañías que habían sido afectadas por el ataque de las Torres Gemelas, para compartir su espacio disponible de oficina. En una reunión de la mañana, el jefe de seguridad contó historias de por qué esta gente estaba viva ... y todas tenían que ver con pequeños detalles, como habrán oído: *Al director de la compañía se le hizo tarde porque era el primer día del kinder de su hijo. *Otro compañero estaba vivo porque le tocaba llevar los donuts. *Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo. *A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente. *A otro se le fue el autobús. *Alguien le tiró comida encima y tuvo que tomarse el tiempo para cambiarse . *Uno tuvo un carro que no arrancó. *Una se regresó a contestar el teléfono. *¡Otra tuvo un bebé!. *Otro no consiguió un taxi. *El que más me impresionó fue un señor que se puso un par de zapatos nuevos esa mañana, pero antes de llegar al trabajo le había salido una ampolla. Se detuvo en la farmacia por un curita. Por eso está vivo hoy. Ahora, cuando me quedo atorada en el tráfico... pierdo un elevador... me regreso a contestar un teléfono .. todas esas cosas que me desesperan, pienso: Este es el lugar exacto en el que Dios quiere que esté en este preciso momento. La próxima vez que tu mañana te parezca enloquecedora ... los niños se tarden en vestirse ... no logras encontrar las llaves del coche... te topas con todos los semáforos en rojo... no te enojes ni te frustres; Recuerda que Dios está trabajando cuidándote.... Desconozco el autor...

Pagando 3 veces por lo mismo...


Cuenta una leyenda de la región del Punjab que un ladrón entró en una hacienda y robó doscientas cebollas. Antes de que pudiera huir, el dueño del lugar lo capturó y lo llevó ante el juez. El magistrado pronunció la sentencia: pagar diez monedas de oro. Pero el hombre alegó que era una multa demasiado alta y el juez, entonces, resolvió ofrecerle otras dos alternativas: recibir veinte latigazos o comerse las doscientas cebollas. El ladrón eligió comerse las doscientas cebollas. Pero cuando llegó a la vigésimo quinta, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y el estómago le quemaba como el fuego del infierno. Como aún le faltaban 175 y se dio cuenta de que no aguantaría el castigo, pidió para recibir los veinte latigazos. El juez aceptó. Cuando el látigo golpeó su espalda por décima vez, él imploró que parasen de castigarlo, porque no soportaba el dolor. El pedido fue obedecido, pero el ladrón tuvo que pagar las diez monedas de oro. - Si hubieras aceptado la multa, te habrías evitado comer las cebollas y no habrías sufrido con el látigo - le dijo el juez. - Pero preferiste el camino más difícil sin entender que, cuando se hace algo mal, es mejor pagar enseguida y olvidar el asunto.... Paulo Cohelo

Si no tuvieras miedo, ¿qué harías hoy?


Le despidieron. La verdad es que había cometido un error, siendo demasiado imprudente con un cliente. El cliente no volvió, y puso una fuerte reclamación ala empresa. Ahora, Juan se encontraba en la calle, casado y con un niño recién nacido. ¿Qué haría? ¿Dónde iría? ¿En qué trabajaría? No se lo había esperado. Es la historia de un amigo. Pero es la historia de otras muchas personas que, por azar, por buscarlo o por golpe del destino, cambian de tercio en la vida. La reflexión que hizo Juan fue sencilla y, a la vez, profunda. Nunca le había gustado su trabajo. Era muy costoso para él tener que dirigirse diariamente a su oficina. Muchas veces soñaba en cambiar de profesión. Pero el miedo le paralizó siempre. ¿Qué pasaría con la hipoteca? ¿Cómo se ganaría la vida? ¿Ahora, qué le dejaría a su hijo? Sin embargo, siempre había pensado en cambiar. Se planteó realmente ¿qué hubiera hecho de su vida de no haber tenido miedo?. Ahora, después de perderlo todo, buscarse la vida se imponía forzosamente. Así que consideró el cambio, no como la posibilidad de perder algo valioso anteriormente, sino como la oportunidad de ganar mucho más. De manera que invirtió sus ahorros en el negocio de sus sueños. Y, como resultado, recuperó su dinero, su vigor y su vida. No hay que esperar a que los cambios se nos impongan inexorablemente. Hay que adelantarse. La pregunta fundamental que Juan se hizo es: ¿Qué haría si no tuviera miedo?. Empezamos a cambiar cuando somos capaces de reírnos de nosotros mismos, de lo que hacemos mal y de nuestra situación pasada o actual, de nuestros miedos. El reírse de uno mismo es una de las terapias más recomendadas en nuestros días, incluso tiene efectos terapéuticos y psicológicos positivos de mejora probados sobre ciertas obsesiones y miedos (Viktor E. Frankl, con su paradoja intencional, los describe magníficamente). Nos aferramos a nuestros hábitos porque funcionan más o menos. Si embargo, las viejas convicciones no nos conducen a una situación mejor. Hay que atreverse a cambiar, incluso en los momentos de éxito y clímax profesional. Y precisamente es en esos instantes cuando más se gana con el cambio. Si el repetir el mismo comportamiento lleva a los mismo resultados, , y éstos no nos satisfacen, ¿por qué seguimos haciendo lo mismo una y otra vez?. La vida es muy simple. En cuanto cambia la situación, cambian las oportunidades y, con ellas, cambia la persona. Es bueno imaginarse en una situación mejor, pues siempre cabe una situación mejor. Ayuda a que provoquemos los cambios que necesitamos y hace que el cambio tenga más posibilidades de éxito. Es la profecía que se autocumple. El miedo genera aquello que se teme. Cuanto más se tema el fracaso, más cerca nos encontramos de él. El mayor inhibidor del cambio se localiza en unos mismo. No significa que pensar en el éxito haga que lo obtengamos. Pero nos sitúa en una actitud ventajosa. Hemos recorrido mitad del camino, ahora queda hacerlo posible. Las cosas no necesitan ser complicadas. Detectar los pequeños cambios nos preparan para el gran cambio. Juan tenía que haber detectado que no le gustaba el trabajo, que no disfrutaba, lo cual es peor aún, que eso repercutía en su rendimiento, en sus resultados profesionales, en su trato personal con los clientes, jefes, compañeros, etc. La vida es riesgo, se hace necesario disfrutar de la aventura. Ahora bien, no todos los temores son malos, pues nos preservan de los peligros verdaderos. Gustar de la aventura no significa estrellarse. Simplemente el cambio ocurre. En nuestras vidas, en nuestro trabajo, en las organizaciones, en las relaciones personales, en la política, en la economía, en la sociedad. Sólo hay que estar preparado. Para preverlo conviene estar atento continuamente a los signos externos. Cuanto antes nos olvidemos de las situaciones pasadas, antes nos acoplaremos a las nuevas. La norma primera es : ¡Cambia, muévete!! Sin importar lo que digan. Como le dice Don Quijote a Sancho: “¿Ladran, Sancho? Luego cabalgamos” ¡Disfruta del cambio!. Sólo existen tres posibilidades: cambiar con el cambio, adaptarse una vez que haya ocurrido o quedarse inmóvil y hundirse como el Titanic (saludando orgullosos, pero al final nos quedamos fríos e inmóviles en el fondo del océano). Hay personas que se creen con derechos en esta vida y cuando se los quitan, piensan que son víctimas del destino o de la mala fe de los otros o de una conspiración o de lo que fuera, y les echan las culpas a los demás, a la situación o circunstancias. El problema, piensan, se encuentra fuera de ellos, cuando precisamente son ellos el problema. Pensar que tú eres el problema es el primer paso para darte una oportunidad y encontrar una solución, quizá única, de desarrollo. ¿De qué comportamientos, actitudes o cosas, las que fueren, necesitamos desprendernos y hacia dónde tenemos que seguir avanzando?. Cambiar puede significar sencillamente tener otra relación en la misma situación o con la misma persona. Siempre tenemos la libertad última de elegir nuestra actitud ante los acontecimientos de la vida.................Desconozco el autor...

NO DEJES IR LA VIDA



Reserva tiempo para REIR, es la musica del alma.
Reserva tiempo para LEER, es la base de la sabiduria.
Reserva tiempo para PENSAR, es la fuente del poder.
Reserva tiempo para TRABAJAR, es el precio del exito.

Reserva tiempo para DIVERTIRTE, es el secreto de la juventud eterna.
Reserva tiempo para SER AMIGO, es el camino de la felicidad.

Reserva tiempo para SOÑAR, es el medio de encontrar tus objetivos.
Reserva tiempo para AMAR Y SER AMADO, es el privilegio de los hijos de Dios.

Reserva tiempo para SER UTIL A LOS OTROS, esta vida es demasiado corta para que seamos egoistas.
Nosotros no perdemos tiempo en la vida; lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo.

domingo, 5 de agosto de 2007

Temía....

Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.

Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.

Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.

Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.

Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.

Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.

Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.

Temía al cambio, hasta que vi que aún, la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.